CAPÍTULO 3 || AVIÓN ||

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Saboreó el delicioso sabor del whisky y dejo el vaso en la pequeña mesa. Posó mis brazos detrás de mi nuca dejando que mis músculos se relajen de la tensión.

Llevamos al redor de diez horas de vuelo, y es un jodido aburrimiento. El sujetó que tengo enfrenté se quedó dormido gran parte del tiempo y mi secretaría estuvo leyendo un libro. Aunque para mi buena suerte, la azafata me coqueteó provocando que la llevara al baño y me diera una mamada.

Eso fue relajante.

Observo a mi al redor y la mesa es un jodido desgaste, Gregorry tiene órdenes muy claras de parte mía «haz un plan ya». Teclea en su laptop con mala cara mientras que mi asistente está callada con la mirada perdida, no me interesa preguntar que le sucede.

En el contrato para trabajar en la empresa, derechos humanos le hacen la pregunta «¿Puede mudarse de país sin problema?». Desde que Gregorry planteó la idea de ir a vivir a Europa fue algo estupendo.

De tan solo imaginarlo el poder que generaría al comercializar en Roma es genial. Mis millones se multiplicarían.

En estos momentos agradezco ser soltero y no tener que lidiar con dramas al mudarme. Mis padres viven en Los Ángeles y tengo entre dos o tres años, que no lo veo. Aunque siempre están jodiendo con sus videollamadas por Facetime.

Empecé a ser independiente y alejarme de ellos desde que entre a Harvard, a estudiar ciencias políticas y económicas. Nunca fui tan cercano a mi madre, pero si a mi padre, él fue quien me enseñó que todo es posible con determinación, esfuerzo y dedicación.

Esas tres palabras me han llevado hasta donde estoy. A los pocos meses de que terminara mi carrera, entre a la empresa de mi padre. Él al ver que conmigo ahí estaba creciendo, me accedió el control total.

Su retiro tomó a los demás por sorpresa, pero se alegraron de que su legado quedara en mis manos. Me tomo todo un año poder adaptarme a Davilson inc., pero con la ayuda de Gregorry como contador lo pude lograr.

Con el paso de los meses y el ver como ganaba dólares, me volví ambicioso. Pero nunca creí, que esa ambición me llevaría al lado sucio, donde el poder vale más.

A mis veintisiete años tengo la dicha de decir que manejo mi propia empresa y próximamente ser uno de los líderes de la mafia Albanesa, una mafia donde se maneja solamente el narcotráfico, pero conmigo adentro, el lavado de dinero.

TRAVIESA OBSESIÓNWhere stories live. Discover now