Un mundo de poder, secretos y falsedad es lo que rodea ha Amelia Ricci.
Una mujer italiana, empoderada con familia prestigiosa pero eso cambiará cuando el mundo se ponga en su contra así obligándola a casarse con un empresario importante.
Para ella...
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Soy una persona fría, narcisista y egoísta. Mis sentimientos son casi nulos, mi padre me enseñó que no merezco querer o amar a nadie.
Que a la familia no se le tiene ningún sentimiento o piedad, que ellos solamente pueden tenerlo hacia ti. Otra de las cosas que me enseñó, fue que las demostraciones de cariño deben llegar primero, antes de darlas.
Por ello, cuando confesó su enfermedad terminal no sentí ningún otro sentimiento más que «coraje». Sentí tanta impotencia enterarme hasta hace unos días, y aunque estuvimos distanciados un tiempo, él merece la mejor atención.
Digno de un Davilson.
Hacer este viaje me ocasiona problemas y dudas, desde tener que dejar al mando a Greggory, abandonar a mis padres y la maldita insistencia de vernos de Vito.
Estar aquí con ella, puede ocasionar mucho caos, pero todo tiene 2 motivos, el cual merece la pena. Con Amelia suelo mostrarme un poco más amable, aunque siga siendo un hijo de puta.
El primer motivo es conocerla más, saber sobre la verdadera Amelia y no de la que hablan los medios de comunicación. Quiero saber más sobre la joven de 24 años más criticada de Roma, pero que lidera junto con su Frank una de las empresas más importantes del mundo.
Lo que no me detiene a la hora de follarla, es su inútil prometido. Lo único que no me convence de ella es su compromiso, esa rigidez cuando le cuestionó... me hace sospechar.
Hasta estoy empezando a creer que no es falso, aún no logró explicarme cómo Amelia viajó hasta aquí por un diseñador... si fuese falsa, lo único que le importaría sería un vestido único y diferente al resto.
Meneo la cabeza cuando observo que la mujer con lencería rosada, se levanta distraída provocándome una erección. Ella sin vergüenza recibe el desayuno despidiéndose de la empleada.
— Ten.
No quito mi mirada cuando me entrega un batido de fresas, y ella se queda con otro.
— Gracias..
— Dime, «Mi amor.»
— ¿Mi amor? — repito y ella asiente — Mejor te llamaré, mine.
Ella se recuesta boca abajo dándole un sorbo a su bebida, dándome una increíble vista de su trasero.
— Porque eso es lo que eres. — aclaró — Esperaré en el momento adecuado para poder gritar que eres solo mía, Amelia.
— No soy tuya, solo somos amantes...
Y enemigos.
Y así se pasa el 3 día en Bath, en todo el día no salimos de la habitación ni de la cama. El tiempo pasa rápido al estar todo el día acostados disfrutando de series y sin ninguna preocupación.
