CAPÍTULO 51 || JUGANDO TUS CARTAS ||

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(Vibes de Amelia Y Brian.)






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2 días después...

Mi tan amada y odiada oficina, tenía semanas que no acudía a la empresa y aunque mi asistente me avisara de todos los asuntos tenía que hacer acto de presencia.

El mensaje de Trixy Johnson no deja de rondar por mi mente, esta noche es el funeral y aún sigo con esa estupida idea de no querer sentir dolor.

Pero, mierda es imposible.

Una de mis mejores amigas falleció, de la manera más cobarde que puede existir y el solo hecho que el amor se mi vida este involucrado...

Me provoca unas náuseas tremendas.

Hace 2 días que salí con Jullise a la cafetería y empecé con ciertos malestares, las náuseas y mareos son lo que más me preocupan. Mi asistente me dice que talvez sea una anemia ante el estrés y la mala alimentación que llevo, pero no he tenido oportunidad de ir al médico.

— ¿Que haces aquí?

Mi pregunta hace que el estadounidense se aparte del escritorio de mi padre, he venido a dejar unos documentos a su escritorio.

Brian Davilson me observa con una sonrisa, se la devuelvo pasando saliva. El día de ayer nos vimos, mi penthouse se ha quedado solo y pasamos la noche juntos hablando sobre mi mejor amiga y sus pretendientes...

Que por cierto, David me pidió disculpas y alquiló una habitación de hotel 5 estrellas mientras que Jullise regresó a su apartamento.

— Mi oficina está aquí. — confiesa extrañado.

— Esta prohibido tomarle fotografías a los documentos de la empresa, son reglas que todo trabajador lo sabe.

Al entra a la oficina de mi padre, lo encontré tomando fotografías a la carpeta azul que desconozco su contenido.

— Tu padre me las pidió. — miente descaradamente y me hago la tonta.

Asiento mientras me acerco hacia él, dejo la carpeta de finanzas en el escritorio para después besar al hombre de traje azul y camiseta negra.

— ¿Nos veremos esta noche? — murmura agarrando mis glúteos.

— Es el funeral de Trina, habias prometido acompañarme.

Me separo de él y por su mirada doy por hecho que lo olvido.

— Perdón, tuve trabajo y lo había olvidado.

Le sonrió hipócritamente y dejó un corto beso en sus labios, el teléfono de él empieza a timbrar y me da la espalda para dirigirse a su escritorio.

TRAVIESA OBSESIÓNWhere stories live. Discover now