CAPÍTULO 34 || TODO EXPLOTA Y ALGUNOS SONRÍEN. ||

63 8 0
                                    

Narrador omnisciente.






En la noche anterior la pasión y lujuria inundó en la mansión Davilson, los gemidos de la italiana eran callados por la mano de Brian. Los cuales uno de ellos dos disfrutaba anhelando que aquello que tenían fuera más frecuente y disfrutaran como lo hacían en ese momento.

Mientras la italiana lloraba de placer, en el hotel D'angelo sucedía algo parecido a eso.

Con la única diferencia: la gemela Ricci era follada por Leonel.

— La única manera en la que tendrás a mi hermana es con un hijo. — le dice la gemela a Leonel quien fuma un cigarrillo. — Lo que sea que planeas, esa es tu solución: un hijo de Amelia Ricci.

Aquello dejo pensando al italiano toda la madrugada, aunque eso ya formaba parte de sus planes. Mientras tanto, la Ricci despertó esta mañana consternada por lo sucedido de la noche anterior, ella se desconocía al momento de tener sexo con Brian.

Decepcionada al ver el cuerpo desnudo de Brian Davilson, aquel sujeto dormía boca abajo con solamente una sabana blanca cubriendo su desnudez al igual que Amelia.

La italiana no pudo sentirse patética por tener tan poco autocontrol, el llanto se apodero de ella dándole la espalda a Brian mientras ya no lo viera, dolería menos.

— Soy una estúpida. — se repetía mientras tapaba su rostro con ambas manos.

El hombre que a pesar de tener una noche fantástica se encontraba despierto al sentir movimientos en la cama seguido de unos sollozos. Una de las cosas que mas le molestaban al estadounidense era que Amelia se repitiera lo decepcionada de ella misma, odiaba con toda su alma que la italiana se hiciera menos.

— Me encanta que tu voz sea mi despertador, lo único que me desagrada es tu llanto.

Amelia lo voltea a ver con los ojos llorosos y Brian solamente estira sus brazos dejando que la italiana se acerque a él.

— Deja de repetir que has perdido el orden en tu vida. — le murmura él acariciando la espalda desnuda de ella.

Ambos se quedan en silencio, disfrutando del clima fresco y el ambiente tranquilo que se forma. Desnudos sin ninguna preocupación, la italiana se tranquiliza escuchando los latidos del corazón de Brian.

1,2,3...

Los empieza a contar mientras Brian le acaricia la espalda tranquilo, últimamente sus días son tensos y estresados. Nunca se encuentra relajado y cuando lo está es por Amelia.

— ¿Quieres desayunar en la cama?

Amelia asiente ante su propuesta y Brian estira su brazo agarrando el teléfono del buro. Con una sola llamada es suficiente para pedir un desayuno para 2 personas con la excepción que lo suba únicamente la empleada.

Ambos se quedan observando la habitación, la cual es un desastre. A cada uno les empieza a llegar los recuerdos de la noche anterior, donde Amelia se sentía una diosa en el sexo y Brian la alentaba a que le diera un baile sensual.

Los toques seguido de la puerta abrirse provoca que la única empleada se sorprenda al ver todo un caminito de ropa de parte de ambos. Brian acepta la bandeja dedicándole una mirada de que se largue sin agradecerle, pero en cambio Amelia si se las da.

La colombiana se retira de la habitación incrédula de saber que el señor Davilson tiene novia y más que lo soporta con ese carácter de amargado y egoísta.

TRAVIESA OBSESIÓNWhere stories live. Discover now