CAPÍTULO 24. || CONOCERNOS ||

90 12 10
                                    

Rất tiếc! Hình ảnh này không tuân theo hướng dẫn nội dung. Để tiếp tục đăng tải, vui lòng xóa hoặc tải lên một hình ảnh khác.




En toda la noche no pude dormir, la pregunta de Brian sigue repitiéndose una y otra vez en mi mente. Me preocupa el hecho que pueda sospechar algo que pondría en riesgo todo...

Quisiera decirle, pero no puedo.

Su insistencia por saberlo es extraña, entiendo por un lado que quería saber por qué motivo me acuesto con él. Anoche no tuvimos sexo, me molesté con él que termine en la ducha poniéndole seguro.

Al salir de la ducha lo encontré dormido en mi cama, quise despertarlo, pero recordé lo cansado y agotador que es viajar de Italia ha Reino Unido.

Por primera vez dormimos juntos sin necesidad de sexo.

Me encuentro semi sentada en la cama, ante el cansancio no me puse ropa y dormí desnuda igual que Brian. Él empieza a moverse y en segundos despierta mirándome boca arriba.

— ¿Aún estás molesta?.

Lo ignoro intentando levantarme pero me sujeta de la mano.

— Era necesario preguntarlo, Amelia.

Ruedo los ojos ante su estúpida insistencia.

— Lo único que debería importarte es si obtengo o no, un orgasmo. — lo encaró.

Brian se ríe soltando mi mano.

— De eso no me preocupó, porque tan solo con tocarte lo obtienes. — dice — He insisti en saber, por si valía la pena luchar o no por ti.

En lugar de solucionar las cosas me termino molestando por las últimas palabras, es un idiota. Le doy la vuelta mirándolo con odio y termino en la regadera.

Abro el grifo y su presencia no tarda en aparecer pegándose a mí, provocando que ambos nos mojemos.

— Era una simple broma. — murmura en mi oído — No dudaría ni dos veces en pelear por ti, eres una gran mujer además de que follas de maravilla.

Suelto una risita dándome vuelta, lo observo y no dudo ni un instante en besarlo. Brian me carga y enrollo mis piernas ha su cintura, mi espalda toca la fría pared erizandome la piel.

Él se aparta dejando besos en mis mejillas, cuello y me elevo para que pueda chupar y morder mis pechos. Empiezo a jadear como una maldita loca ante sus caricias, su polla está lista para y no pierde el tiempo en penetrarme.

— ¡Dios!. — jadeo cuando entra en mi.

— Gime para mí, amor.

Fuerte, profunda y duras son sus embestidas que provocan mis jadeos una y otra vez.

— ¡Brian!. — exclamó gimiendo su nombre varias veces.

Estoy al borde del orgasmo y él lo nota porque acelera y con mi mano toco mi clitoris, para minutos después correrme seguido de él.

TRAVIESA OBSESIÓNNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ