Leonel D'angelo
(Flashback...)
Me encuentro en la oficina concentrado en los testamentos, mi madre fue una estúpida dejando todo un desastre al igual que su marido.
— Señor D'angelo, tiene una visita ¿La hago pasar?
La voz molesta de mi asistente me hace despejar la mirada de los documentos, estoy hastiado de todo.
— No, dile que no tengo tiempo.
No escucho su respuesta cuando detrás de él aparece una mujer rubia, se dirige hacia mi apartando al inútil del asistente y me pongo de pie.
"Louisse Santoro"
La puedo reconocer ante esa elegancia que desprende.
— A una Ricci no se le hace esperar. — Habla sonriente — Mucho gusto en conocerte y ni me molesto en presentarme porque ya debes saber quién soy.
Afirmo y le señaló la silla para que tome asiento, ambos lo hacemos y pongo los codos en la mesa mirándola.
Una Ricci en mi hotel no es algo que se ve todos los días.
— Seré breve con lo que diré y es hacerte una tentadora propuesta. — alzo una ceja — Como sabes, mi hija Amelia es un poco... ¿rebelde? y no sabe lidiar con la prensa.
Ella cruza su pierna y apoya su bolso en su regazo, mientras habla detalla mi oficina la cual se encuentra con cajas.
— En este ambiente de millonarios, no es ningún mito que algunos o todos se casan por dinero y mis hijas están consciente de ello. — habla — Un conocido me platico que estas buscando una mujer y mi propuesta es la siguiente: Te comprometes con Amelia y ambos salen ganadores.
Quisiera reírme en su cara ante esa propuesta y su discurso tedioso, ella me mira impaciente esperando una sola palabra de mi boca, pero no encuentro como decirle "No".
— Su hija es una basura para mi reputación, los medios de comunicación me adoran y con Amelia solo serían problemas. — confieso y ella se queda callada sabiendo que tengo la razón. — Mis estándares están muy altos y aunque ustedes tengan un buen apellido, no me convence.
Cuando suelto las últimas palabras ella alza las cejas incrédulas.
— Amelia es una mujer muy hermosa, es muy sumisa y no tendrías problemas para manejarla a tu antojo. — le insiste sacando algo de su bolso. — Te suplico que lo pienses, esta situación con ella nos tiene hartos sobre todo a mí...
Se pone de pie después de dejar una tarjeta con su número privado en el escritorio, me levanto para acompañarla a la puerta y antes de irse me mira.
— Te juro que Amelia será tu esposa si o sí.
(Fin del flashback...)
Y todo salió tal cual estaba planeado.
El que acudiera Louisse conmigo no fue ninguna casualidad, así como tampoco rechazar a su hija la cual es todo un dolor de cabeza y no es para nada sumisa.
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TRAVIESA OBSESIÓN
RomanceLa vida de Amelia Ricci da un giro inesperado cuando, debido a una serie de circunstancias que amenazan la estabilidad y el honor de su familia, se ve obligada a casarse con un influyente empresario cuya reputación es tan impecable como su fortuna. ...