La vida de Amelia Ricci da un giro inesperado cuando, debido a una serie de circunstancias que amenazan la estabilidad y el honor de su familia, se ve obligada a casarse con un influyente empresario cuya reputación es tan impecable como su fortuna.
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(La fotografía de multimedia me da vibes de Amelia y Brian.)
La voz de mi mejor amiga se escucha por los parlantes del vehículo, me concentro en las calles de Roma y Grecia se encuentra de copiloto concentrada en su teléfono.
— ¡Insisto en que ese hombre algo sabe! — habla Jullise. — Mira que aparecer así... es un maldito.
Me río dándole la razón.
— Lo sé, pero dejaré las cosas claras.
— Haces muy bien amiga, déjale las cosas muy en claro y dale en ese ego tan alto que tiene.
Niego suavemente, desde ayer Jullise esta sorprendida por el repentino proyecto entre Ricci y Davilson.
— ¿Alguna novedad de Trina?, quise acudir al hospital esta mañana, pero Tracy dijo que no era necesario.
Aquello llama la atención de mi hermana, por lo que apaga su teléfono y se enfoca en la avenida.
— Ninguna, el estado sigue siendo crítico y la poca información igual.
Suspiro despidiéndome de ella y diciéndole que más tarde la veré en el apartamento. El silencio en el vehículo es cómodo y nada tenso, me encuentro manejando con destino hacia mi ginecólogo.
Desde hace meses Grecia me había pedido una consulta, y la olvidé por completo hasta que volvió a recordarme.
— Cuéntame como va tu vida.
La ánimo para platicar, pero la gemela es muy reservada respecto a su vida y todo lo que la involucra.
— Común y aburrida.
— La vida de un adolescente es de todo, menos eso. — sonrió — Debes tener tu drama, anda, soy tu hermana.
Quisiera pasar más tiempo con las gemelas, pero el trabajo y ordenar mi vida me consume todo el tiempo. Por ello, aprovecho estos pequeños momentos con cada una, aunque Hope no esté.
— Creme que mi drama lo tengo y es muy... — suspira cuando me adentro al estacionamiento del consultorio.
Al ver que faltan 5 minutos, me apresuro en apagar el vehículo y agarrar mis cosas. Grecia se mantiene callada y decido no continuar con la conversación mientras caminamos hacia el pequeño lugar de 1 piso.
El sitio es bastante amplio, solo tiene 1 consultorio con un excelente médico de confianza. Cuando lo descubrí fue lo mejor, me dio una excelente atención y nunca tuve problemas al iniciar mi vida sexual.
— Buen día, tengo cita con el médico. — digo en cuanto me acerco a la recepcionista.
Ella me mira y asiente revisando, me pregunta si también Grecia y afirmo mientras nos da pase para el consultorio.
