CAPÍTULO 49 || PERDIENDO EL CONTROL ||

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La imagen en multimedia me da muchas vibes de Amelia y Brian, ella es inocente y no observa esa maldad en él.





Narrador omnisciente.




Los oídos de la italiana se agudizan al momento de observar detalladamente esas fotografías.

Su boca se seca y su respiración empieza hacer lenta, la falta de oxígeno la obliga a tomar aire por la boca.

Su visión se nubla por las lágrimas acumuladas, ella quiere negarse.

— Entiendo, estas en negación.

Leonel D'Ángelo disfruta internamente del sufrimiento de la italiana, la cual se sostiene de una de las paredes del sitio abandonado.

— Tu amado prometido reuniéndose con el jefe de la mafia albanesa y un miembro de la mafia rusa.

Amelia Ricci se sentía traicionada, lastimada al saber que todo eran mentiras.

— No sigas, por favor.

Las súplicas de la italiana son ignoradas.

— Brian Davilson líder de la mafia albanesa, un desquiciado que le fascina el olor a la sangre y torturar... — le repite Leonel — ¿Quieres saber más sobre sus crímenes?

— No sigas...

La italiana cae de rodillas al suelo, un fuerte dolor en el pecho la hace soltar un grito.

— Recuerda Amelia, tu imperio es tan poderoso que todos anhelan con destruirte y presumir la cabeza de tu padre muerto. — dice — Entre ellos: el amor de tu vida, Brian Davilson.

Amelia aturdida se pone de pie y al no tener equilibrio se tropieza, Leonel se preocupa, pero ella niega cuando le ofrece apoyo.

El sitio abandonado, encontrado a las afueras de la ciudad, hace que la italiana salga de aquella bodega y se suba al vehículo escuchando los llamados del italiano.

Se limpia las lágrimas y ante los reflejos del sol, se pone sus lentes obscuros. Toma un largo y profundo respiro antes de pisar el acelerador y salir de ahí.

Su mente no puede pensar con claridad, su corazón le grita la enorme tradición de Brian mientras que su cerebro trata de pensar que todo es mentira... o un malentendido.

Sus ojos viajan hacia uno de los espejos del vehículo y suspira cuando no hay camionetas siguiéndola, desde que se enteró de la vigilancia de Brian y su padre es más cuidadosa.

Siempre se mantiene alerta y cuando se reúne con Leonel, lo hace con mucho cuidado porque las consecuencias que le traería.

La italiana no tiene ningún rumbo, la enorme y vacua carretera hace que pise más el acelerador y cuando menos lo cree...

La mansión Davilson. — murmura la italiana.

Como de costumbre el guardia de seguridad reconoce el vehículo dándole acceso a la propiedad, Amelia se estaciona, pero antes de bajarse se arregla un poco borrando el ataque de pánico de hace unos momentos.

Toca el timbre de la mansión y cuando menos lo esperas la recibe Greggory en traje de baño y una cerveza en su mano izquierda.

— ¡Hey, Amelia! No esperaba tu visita.

Los lentes ocultan la mala mirada de ella, su mente le repite que él también le mintió.

— ¡Sorpresa! — alza las manos ella fingiendo emoción, lo que desata la risa del moreno.

TRAVIESA OBSESIÓNWhere stories live. Discover now