No puedes morir, si ya estas muerto.

extra 4- habitación del caos.

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Programada pre capítulo.

Tenía ganas de escribir un poco sobre esta escena y pues al final termine escribiendo un extra no relacionados, aunque esté es canónico a diferencia de los anteriores. Peor bueno, aqui está, es todo suyo.

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Una figura pequeña de entro en la habitación.

Ella tenía una linda pero simple capa con capucha de color negro como el vacío del espacio que envolia la totalidad de su cuerpo como una túnica.

Esa chica tenía el cabello blanco y brillante, a la vez que este emitía un sentimiento desagradable a la vez que confortable que te impediría pensar en otra cosa que acariciarlo.

Sus ojos eran rojos, de un tono acaramelado, sin embargo a pesar de su hermosura su rostro permaneció inexpresivo.

Habían pasado un par de milenios desde la última vez que su mostró mostró la más mínima emoción.

Sin embargo, y apresar de todo ella era la encargada de mantener el orden en el universo.

Nadie más que ella y solo ella tenía la autoridad absoluta sobre todo lo que pasaba en el universo.

Y sin embargo, ella no era la hija de Padre.

Sus pasos sonaban metálicos y cada paso fue acompañado por un estreñido metálico que te haría preguntarte que estaba pasando realmente debajo de su capa.

La habitación estaba bien ordenada.

Las paredes estaban cubiertas por una cantidad abismal de estanterías que parecían elevarse hasta el infinito.

El suelo de la habitación era transparente y actualmente mostraba la superficie de un mundo completamente rojo y oscuro.

La chica se movió hasta el único mueble de la habitación, un escritorio de madera con una pequeña lámpara de aceite y un tintero en su superficie.

Ella se sentó en la silla detrás del escritorio y la ajusto un poco para poder alcanzar correctamente el escritorio que parecía haber estado fabricado para alguien más grande.

Una pantalla azul semitransparente apeteció frente a ella en cuanto se sentó.

|Bienvenido de nuevo, aquí está el resultado de todas tus travesuras de las últimas 24 horas, sigamos construyendo el futuro hoy y siempre.|

La voz se desvaneció mientras una montaña de documentos era escupida por la pantalla azul.

Cuando ella estaba apunto de tomar las documentos que acaban de salir la voz volvió a sonar.

|Ah! Y no te olvides de felicitar a Edi por su cumpleaños número 1 000 000 000. No sé cumplen mil millones de años cualquier día sabés? Consíguele un buen regalo está vez... Tal vez hazle un oso  de chocolate del tamaño de una galaxia.| Las palabras iban dirigidas a alguien que no se encontraba presente, eran palabras dirigidas para alguien que murió hace mucho tiempo.

Sus pequeñas manos se apretaron con furia mientras su rostro temblaba cargado de irá.

Un par de lágrimas solitarias cayeron al escritorio.

|N-ni siquiera me gusta el chocolate, solo lo comía porque a ti te gustaba comerlo...|

Sus palabras temblaban mientras ella susurraba para si misma.

Ella no pudo más y colapso en llanto, los sucesos de hace varios milenios inundaron su mente y el arrepentimiento la ahogó.

Sus últimas palabras resonaron en su cabeza.

Su mano sobresalía limpiamente por la espalda de la figura con una máscara sonriente.

En la mano de la chica un corazón negro latía con normalidad.

La boca detrás de la máscara se movió con dificultad.

"Te divertiste?"

Ella sonrío con felicidad.

  "Si, fue muy divertido"

Los ojos ocultos tras la máscara ce cerraron lentamente.

    "Oh, eso es genial entonces puedo morir en paz"

Su voz sonaba cada vez más débil.

    "Bueno, entonces solo que es una cosa por hacer no?"

La chica, Edi asintió con la cabeza.

Ella apretó el corazón hasta que este estalló soltando una cantidad abismal de líquido negro.

El cuerpo del enmascarado empezó a desmoronarse como si estuviera siendo llevado por el viento, una sonrisa que nadie nunca podría ver se also debajo de la máscara que ocultaba la totalidad de su rostro.

La chica miro de lado a lado con confusión en cuanto su cuerpo desapareció por completo.

Entonces miro lo que tenía en la mano: era un bombón de chocolate.

Ella se metió el chocolate en la boca sin dudar y empezó a comerse lo sin saber que eso era la escencia primaria de Padre. En otras palabras, el derecho del dios supremo para gobernar el universo.

El fragmento que fue robado del dios de la vida muchos milenios antes de su nacimiento.

Ella lloro sin parar, ella no sabía que el no regresaría, ella no sabía que sin su alma el nunca volvería.

Su alma fue consumida incluso antes de que ella supiera lo que había hecho.

Ella no podía hacer si no que arrepentirse.

Ella abrió uno de los cajones y observó el último regalo que el le dió.

Era una barra de chocolate a medio comer.

"Sabes el caos sabe a chocolate, fue algo bastante interesante de descubrir..."

Volvió a meter la barra en el cajón mientras intentaba calmar su llanto.

Empezó a leer el reporte de ese día para distraer su mente.

En poco tiempo algo despertó su curiosidad.

El planeta que brillaba bajo el suelo fue cambiado por uno en su mayoría cubierto por agua.

"El rey de la luz del planeta [16 13 5 4 9 16 14 20] ha reportado que fue secuestrado y amenazado por un hombre con una máscara sonriente."

Su corazón, latía con fuerza, pero ella desestimó el informe.

"Los dioses de ese mundo son demasiado débiles, incluso una rata podría deshacerse de ellos."

Ella leyó un poco más sobre el mundo [16 13 5 4 9 16 14 20].

Su rostro se volvió a torcer.

"Había olvidado que este era el comedero principal de Mor"

Ella estaba apunto de dejar de leer, sin embargo algo en sus adentros la impulso a tomar seguir.

...

"Parece que has estado muy activa últimamente..."

Una furia silenciosa se elevó desde sus adentros.

"Hum?... Espera un segundo me perdí la resusreccion de Take?! Esto es un gran problema, tch, por eso odio a los seguidores del caos no saben cuándo para."

Ella se bajó de la silla de un salto con el reporte sobre el mundo [16 13 5 4 9 16 14 20] en sus manos.

"Ese mundo es un maldito caos."

Ella salió de la habitación con una expresión muerta.

Tras ella la habitación se distorsiono sumergiéndose en un caos Lovecrafteano.