No puedes morir, si ya estas muerto.

C85- ¡El amanecer de Luca!¿El ex-demonio plateado?

El sol entraba tranquilamente por la ventana, acariciando suavemente las cortinas y sopesando la resaca producida por beber hasta perder el juicio la noche pasada.

|Ahggg, mi cabeza...| Se quejaba aquella mujer desnuda de cabello plateado mientras el sol llegaba hasta sus ojos cerrados. 
|Dios, tengo el cuerpo destrozado,  que resaca, quiero morir.|

Mientras Luca habria lentamente sus ojos el estupor del sueño le impidió darse cuenta que no se encontraba en su cama y mucho menos en su casa.

Creyendo que el peso que sentía sobre su pecho era el resultado del cansancio acumulado no intento moverse mientras suspiraba.

|Quiero dormir tan solo un poco más... Pero tengo demasiada sed...| Una sonrisa tonta aparecía en su rostro mientas recordaba el delicioso vino que bebió en aquel restaurante de lujo al que Ezequiel logro colarle.

Segundos después su rostro se torció en una mueca.

Intento llevarse una mano a la cabeza para aliviar ligeramente el repentino dolor que le golpeó mientras recordaba que pasó durante esa cena.

Sin embargo no pudo mover el brazo.

El corazón de Luca se aceleró en un instant.

Rápidamente sus recuerdos pasaron sobre las palabras de Ruby... Y cayeron en el momento de la reunión en el callejón oscuro con aquella persona de bonita apariencia y desagradable personalidad.

El terror la asalto al instante.

Ella... Ella era sin duda torpe pero sabía hacerse responsable de sus errores.

Pero nunca esperó que este día llegaría realmente, a pesar de estar trabajando en el teatro desde hace ya 6 años esta era la primera vez que un noble abusaría de su puesto para...

|¿Eh?|

Pero no.

Quien estaba sobre sus brazos no era Ruby; ni si cuerpo perfecto, ni si hermoso rostro pálido y tampoco su cabello lacio tan oscuro como la noche.

La mujer en sus brazos no era Ruby, pero juraría que la conocía de algún lado.

Entrecerando los ojos, la mirada de Luca paso por encima de todo lo que la rodeaban en segundos.

Su rostro perdía color conforme más miraba.

Estaba en una residencia noble sin duda alguna.

Con temor volvió a mirara a aquella mujer indefensa, su cerebro finalmente hizo clic y no pudo contener un grito sorprendido.

|¿E-Elizabeth? ¡¿Elizabeth Samael?!|

Elizabeth se movió un poco, el llamamiento de su nombre en un grito exaltado parecía haberla sacado de su sueño.

Por su lado Luca estaba demasiado sorprendida como para darse cuenta que había metido la pata.
Al final, incluso alguien medianamente estúpido podría reconocer a su princesa. Podía estar el imperio y tener muchos más derechos que un plebeyo de otro reino pero aún había algo mal en despertarse desnudo con una princesa a su lado.

Aún si la ley le protegía nada detendría a la princesa de acabar con ella por algún otro medio...

La cabeza de Luca estaba por explotar.

Elizabeth bostezó y se estiro ligeramente, estaba relativamente bien para tener aquella temible resaca.

El frío que acariciaba su piel le hizo darse cuenta y preguntarse porque estaba desnuda.