C54 Visitando a los come almas.

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El vice ministro de inteligencia, Musk Von Clever.... Quiero decir Caraculo.... dejémoslo como el bastardo trajeado de blanco.
Ese demonio cuasihumano caminaba a un ritmo lento mientras un par de figuras encapuchadas lo seguían, una alta y de robusta complexion y por el contrario una femenina un poco más baja que el.

Su dirección era una habitación en específico del palacio en el que se encontraban.

Era una habitación para "huéspedes".

Ellos caminaron hasta parar frente a una puerta de madera de roble bien tallada pero cuyo barniz se había desgastado con el paso del tiempo.

El bastardo de traje abrió la puerta de la habitación con una cara cansada.

El humo acre del tabaco que estaba quemando en su pipa inundó la habitación en segundos.

La pequeña niña con el vestido de volantes torció su nariz sin levantar su mirada del libro; el cadáver sobre el que estaba sentada la niña levanto su mirada ligeramente.

Hace apenas unos segundos aquel cadáver estaba jugando tranquilamente a las cartas contra el otro niño.

La sonrisa cálida y jovial del demonio era tan hermosa que uno podría pensar estaba sacada de un cuadro de arte.

Un escalofrío recorrió a uno de los miembros del ministerio de inteligencia que siguió a Von Clever.

La sonrisa del demonio se ensanchó, como si estuviera respondiendo a los escalofríos de ese hombre, sus afilados y amenazantes dientes se asomaron casi como una advertencia.

Sin embargo el bastardo trajeado camino lentamente sin sorprenderse, una furia silenciosa parecía abrumar sus adentros.

El clamor que parecía llenar el ambiente hace solo unos momentos, parecía resonar como un lejano eco.

Von Clever abrió la boca apunto de soltar todas sus quejas he inconformidades.

Pero en ese momento...

El demonio saco una carta y la mostró mientras jugeteaba con esta.

Sus ojos parecían brillar maliciosamente, mientras que un sonido parecido a una voz surgió desde las cuerdas vocales del cadáver.

|Sabés he decidido seguir tu sugerencia y jurarle lealtad al primer príncipe.|

Von Clever parecía confundido.

Los ojos rojos del demonio se retorcían burlescos.

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El bastardo trajeado de blanco y sus dos subordinados estaban parados frente a una casa en mitad de la noche.

Estaban allí para cumplir el capricho de Von Clever de visitar personalmente la casa de su amigo y desentrañar el misterio.

Las suaves luces verdes de las farolas iluminaban sus rostros de una manera sobrenatural y espeluznante.

Habían pasado 10 minutos desde que tocaron a la puerta y aún nadie respondía.

El subordinado de mayor tamaño se estaba inquietando.

El era una persona impaciente y ansiosa, por lo tanto no podía entender porque las dos figuras de menor tamaño estaban tan calmadas.

Maldición! El era una persona normal; qué hacia el al lado de esos superiores monstruos? El no estaría aquí si no le pagarán bien.

En ese momento la puerta de abrió con un chirrido.

Y desde la oscuridad de su interior, se asomo una niña de cabello blanco y ojos rojos con una sonrisa tímida en su rostro.

No puedes morir, si ya estas muerto.Where stories live. Discover now