C82 Argent conoce a la familia William.

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PoV alguien de pelo plateado y ojos rojos que carga a Ruby en sus brazos.

En la oscuridad de la noche, avancé por los callejones de Nefarius hasta llegar a una gran calle pulcra que yo conocía de ante mano.

Arrastrando los pies de mi cuerpo por la limpia y blanca piedra caliza del suelo pare frente a una alta casona de tres pisos: La mansión del Duque William.

Sin vacilación toco la puerta con fuerza… Y siento un escalofrío recorriendo mi espalda, alguien me estaba observando desde las sobras.

Pero antes de poder afianzar ese sentimiento la puerta se abre.

Ese mayordo de nombre Alfred estaba ahí, su mirada desconfiada pasa por mi aspecto sangriento y por el cuerpo inerte que cuelga de mis hombros.

|¡Alfred que gusto verte! Hay problemas, Ruby está inconsciente.|

El mayordomo frente a mí rápidamente abandono su expresión de duda al ver la cara de la persona que cargaba y con una cara sería dijo.

|Pasa rápido y cuéntame lo que está pasando.|

|Gracias por la amabilidad…. ¡Pero hay algo más urgente! ¡La persona que le hizo esto a Ruby está siendo retenido por una caballero siete calles al sur! Necesita refuerzos.|

El mayordomo miro de lado a lado antes de silbar.

Entonces sentí como la mitad de las sombras en la habitación desaparecían.

|El doctor estará aquí en un segundo.|

Y tras esas secas palabras el mayordomo salió a paso rápido de la habitación.

Después de que la puerta se cerrará me desinfle y dejé caer mi peso sobre la silla al lado de mi cuerpo flácido.

Volteó a la derecha y veo mi reflejo en el espejo.

Entonces me doy cuenta muy a mi pesar que soy idiota.

La imagen en el espejo es tan… ¿Loca?

La imagen en si no está loca, pero hay alguien reflejado que si lo está.

Esa chica de cabello plateado con una capa negra y un vestido blanco manchado de sangre tenía una máscara negra sobre su rostro dejando solo al descubierto los ojos de color rojo.

Yo estaba sonriendo plácidamente y detrás de mí se encontraba mi cadáver.

Incrédulo me lleve una mano al rostro frotando la sangre seca de mi mejilla y tocando mis labios.

Soy un tonto, he estado sonriendo como un idiota todo este tiempo.

Dios, ese mayordo debió sospechar tres kilómetros y medio de mi.

Mientras me reía en voz alta de mi propia estupidez la puerta se abrió de nuevo haciendome cerrar la boca de golpe mordiendome un poco la lengua.

Cuatro personas entraron a galope en la habitación.

El mayordomo y un sujeto de aspecto común con bata blanca eran los menos resaltantes.

Liderando a los anteriores y con un par de caras pálidas la pareja de padre e hija prácticamente saltaron sobre Ruby, ignorandome completamente.

María se se arrodilló al lado de mi cadáver con lágrimas a punto de salir de sus ojos.

|E... Está viva... ¿Cierto?| Palabras temblorosa salieron de la boca de William quien parecía absorto.

En ese momento el doctor se abrió paso con  resolución.

Obviamente yo no permitiría que ningún doctor se acercará ni a medio metro de mi cuerpo.

No puedes morir, si ya estas muerto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora