No podia volver a cometer el mismo error

124 11 3
                                    

CAPÍTULO 24🎶

Max

Aparqué el coche en el portal de Almu y después de cerciorarme de no dejar nada en el coche, salí, colocándome las gafas de sol.

Los recuerdos se apoderaron de mi. Como la vez que intente contactar con ella, me rechazó. ¿Que cambió esta vez? No lo sabía, pero que me echase en cara que había estado esperándome dos años me confundía.

Hazlo —me animó tendiéndome el móvil.

—No contestará —me excusé, arrepintiéndome de la decisión que había tomado. Ella probablemente no querría saber nada de mi.

—Hazlo y cállate —Denis me presionó, enseñándome su número de teléfono.

Dudoso, empecé a escribir con los ojos de Denis puestos en mi. ¿Estaría haciendo bien? ¿Ella también me extrañaría?

"¡Hola, Almu! ¿Podemos hablar? Creo que te debo una disculpa".

Cuando vi que se puso en línea y leyó mi mensaje, el corazón me dio un vuelco, empezando a latir desesperadamente contra mi pecho. Dios, ella seguía teniendo el mismo poder sobre mi.

—Está escribiendo.

"No, no podemos hablar. No sé cómo te atreves a escribirme".

Al leerlo, sentí como se formaba un agujero en mi pecho, que cada vez se iba haciendo más grande. Ella no quería nada de mi.

Pero lo entendía, le había hecho mucho daño, y necesitaba solucionar eso.

"Almu, por favor. Creo que cometí un error al dejarte ir. No puedo dejar de pensar en ti".

"No quiero saber nada de ti, no te atrevas a volver a escribirme. Déjame en paz".

"¡Por favor, Almu!".

Dejé el móvil en la cama y caminé hacia el balcón sin ánimo. Necesitaba pensar, despejarme. No lo sé, me iba a volver loco. ¡Joder! No había parado de pensar en ella durante un año desde que cortamos. Jamás me había pasado algo así, siempre terminaba superando una ruptura, teniendo un duelo conmigo mismo que siempre acababa ganándolo yo. Esta vez fue diferente. Ella era diferente. No podía dejar de pensar en que la culpa la había tenido yo, en que se la eché toda a ella y la destruí por completo. Necesitaba tenerla conmigo. Por dios, cada vez que me pasaba algo pensaba en ella, queriendo contarle todo.

Sin duda alguna. Ella era lo mejor que me había pasado, y dejé que se escurriese de mis manos como si fuese mantequilla. Había cometido un error.

Pero me había bloqueado.

Y debía de entenderlo, ella no quería verme ni saber nada de mi.

—Es normal, no quiere saber nada de mi después de que la hiciese tanto daño.

—Max, ella sería incapaz de serte infiel. Pero no es tu culpa que pasase eso —me agarró del hombro—. Cualquiera hubiese pensado lo mismo.

La chica del vestido rojo [MY LIFE AFTER HIM] (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now