La noticia ♡

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CAPITULO 13🥃

Respiré hondo, el viento chocaba contra mi cara. Mientras Lucia y yo caminábamos, observábamos el majestuoso cielo, colores rosas adornándolo. La gente a nuestro alrededor hablaba tranquilamente y los coches pasaban con normalidad, pero nosotras sólo estábamos en silencio, disfrutándolo.

Caminar por la calle siempre me había encantado, más desde que me mudé aquí. Si, también me gustaba caminar en mi barrio, pero esta zona era muchísimo más bonita, los bloques eran blancos y negros, el césped era tan verde que parecía falso.

Mis vecinos eran todos universitarios al igual que nosotras. Cada vez que salía de casa solo me encontraba con caras jóvenes.

Era como un campus de America, solo que los apartamentos no eran parte de la universidad. Los ocupaban universitarios, porque quedaban demasiado cerca de la universidad. Creo que desde un principio diseñaron estos edificios tan bonitos para que los universitarios vivieran aquí. Claro que también había familias.

—Estamos casi en noviembre y tampoco hace mucho frío —Lucía susurró a mi lado. Volví a centrar mi vista en el cielo y asentí, dando la razón a mi amiga.

—Por lo menos es un calor soportable.

—¿Crees que...? —ella me miró—. ¿Nos precipitamos al mudarnos tan pronto?

Agite mi melena castaña—. Siempre quisimos esto. Vivir juntas y poder ser independientes. Lo planeamos, trabajaríamos desde los dieciséis para tener ahorrado y no alquilar un piso sin nada —sonreí—. Miramos. Lo hemos conseguido.

—Echo de menos a mis hermanos —confesó triste—. Siento que mi madre esta agobiada tratando de cuidarlos ella sola.

—Tú madre tiene a su novio para cuidar a sus hijos —la miré, tratando de calmarla—. No tienes que estar con ella hasta que Diego cumpla once años. Tienes vida, sueños y un futuro. Tú madre lo respeta.

—Si... lo sé.

—Además. Sandra y Salva están para cuidar de Diego. Sandra ahora tiene dieciséis años, se las apañará como tú lo hacías de cuidar a tus dos hermanos.

—Creo que mañana iré a verles, necesito ver cómo están.

—Te acompañó —dije enseguida—. También quiero ver a mis abuelos, por mucho que me pelease con ellos son mi familia.

—¿Tú madre?

—Mi madre se fue con su novio a vivir en cuanto yo me fui de casa. Ella ya no vive en esa casa —me encogí de hombros—. Además, si quiero ir a verla tendré que ver a tu novio y no me apetece.

Lucía carcajeó negando—. Por dios. ¿Aún te sigue cayendo mal?

—Claro que si —reí—. ¿No ves que parece una pegatina pegada a mi madre? Nunca hay forma de estar con mi madre a solas sin que el esté.

—¿Lo has hablado con tu madre?

—No, siempre fue así desde que empezó a salir con él. No necesito decirla nada para que se dé cuenta de que no me gusta su novio. Si quiere verme tendrá que venir sola.

—Por lo menos te libraste de las peleas —me agitó el hombro—. Algo es algo.

—Me machacaban constantemente —negué—. Yo si que necesitaba salir de casa lo antes posible.

Ella me miró. El odio reflejado en sus ojos. ¿Tanto mal la había hecho para que ella me dijese eso? No aguantaba más, siempre tenía que sacármelo en cara y yo ya estaba harta.

—Eres una egoísta.

—Y tú una mala madre —contesté cerrando de un portazo.

La chica del vestido rojo [MY LIFE AFTER HIM] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora