La chica fantasma ♡

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CAPÍTULO 15👻

Masajeé mi frente mientras el profesor hablaba. Lucia estaba a mi lado, sin parar de observarme. Me estaba poniendo nerviosa, pero decidí ignorarla. No necesitaba más dolores de cabeza que el de la resaca. Por dios, la cabeza me iba a explotar de un momento a otro.

—¿Te encuentras mejor? —Lucía habló por fin. El profesor nos fulminó con la mirada.

—Estoy bien —contesté con cansancio. Todo el mundo me preguntaba que tal estaba. Hasta las amigas del curso de Emma, parecía que mi mejor amiga no sabía cerrar la boca.

Me arrancó las gafas de mi cara y gruñó—. No lo estas.

—¿Entonces para que preguntas? —le fulminé con la mirada y le quité mis gafas de sol, volviendo a ponérmelas.

—Tienes los ojos rojos y estas pálida.

—Ya lo sé, Lucia —farfullé intentando no enfadarme más.

—¿Tienen algo que decir? —el profesor se dirigió a nosotras. Todos se giraron hacia nosotras, mirándonos en silencio—. Coméntenlo a toda la clase, les escuchamos.

—Claro, ¿por que no? —dije levantándome enseguida, el profesor sorprendido—. Ayer me emborraché y me desmayé —señalé mi cara—. No llevo estas gafas por gusto. Entre el dolor de cabeza y de cuerpo que tengo me estoy poniendo de muy mal humor.

—¿Que haces? —ella susurró tirando de mi brazo—. Siéntate...

Me crucé de brazos.

—Y no me emborrache por gusto. Ni siquiera quería hacerlo. Estoy harta de que me pregunten si estoy bien, no solo porque casi me da un coma etílico, sino porque también porque... ¡Mi ex se casa! Según las revistas, con una modelo rubia. Así que si, lo último que me apetece es estar aquí.

Me aclaré la garganta. Y entré en razón después de haber soltado la bomba: no tendría que haber dicho eso frente a cien personas, acababa de hacer el ridículo. Aún así, alcé la cabeza con seguridad y dije:

—Espero que os haya gustado la conversación.

Me senté en mi sitio, roja del enfado y de la vergüenza. Estaba claro que no se lo esperaba, que creería que me quedaría callada y avergonzada.

—Gracias por contarnos que tiene el corazón roto — el profesor me dijo. Recuperándose de su shock. Me dio una mirada de desaprobación—. Pero esto es la universidad y tienen que centrarse, si quieren hablar, pueden hacerlo en los descansos.

—No soy yo la que insiste en sacarme las palabras a la fuerza —hablé mirando de reojo a Lucia.

El timbre sonó, salvándome del profesor. Me puse de pie enseguida y bajé las escaleras, llegando a la puerta. Salí del aula la primera. Necesitaba huir, pensar y aclarar mis ideas y pensamientos. Porque estaba claro que, como me cruzase con alguien más fingiendo pena, le clavaría un boli en el ojo.

Solo necesitaba respirar.

Giré la esquina, aún obsoleta en mis pensamientos. No me di cuenta, hasta que un cuerpo grande chocó contra mi, haciéndome caer al suelo.

—¡Joder! —mascullé entre dientes levantándome y tocándome el culo, un gemido de dolor saliendo de mi boca—. ¡Mira por dónde vas!

—Tal vez si miras tú también, no te habrías chocado —una voz masculina se defendió.

Me congelé reconociendo esa voz. Mis ojos se quedaron fijos en su pecho. La camiseta roja que llevaba puesta haciéndome tragar grueso.

No.

La chica del vestido rojo [MY LIFE AFTER HIM] (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now