La chica del vestido rojo [MY LIFE AFTER HIM] (EN EDICIÓN)

El pasado ♡

CAPÍTULO 16🔙

3 octubre. Madrid, España.

Hace cinco años.

—¡Más, más! —chillé a los chicos que había conocido, animándoles a que vertiesen más alcohol en mi vaso de plástico.

Empecé a beberme de un trago el vodka mezclado con fanta de limón. No lo iba a negar, estaba buenísimo, la mezcla rebajaba el alcohol.

—Te estás pasando —el chico que conocí apenas hace una hora me susurró, pero le ignoré y seguí bebiendo.

¿Así era como enfrentaba mis problemas? ¿Bebiendo? Tal vez no era la mejor opción. Max, mi madre; todos ellos me estaban complicando la vida. Mi madre lo único que sabía hacer era insultarme porque quería volver a vivir con mis abuelos. Max... Max tenía que desaparecer de mi vida, no quería enamorarme de él, y la única opción sería no arreglar nuestra pelea y dejarlo en el olvido. Sería la única forma de no volver a hablar con él, de olvidarle. Lo último que necesitaba era un corazón roto entre escombros.

Así estaría mucho mejor.

Y aunque no me diese igual que él pensase que estaba jugando a dos bandas, debía dejarlo así. Estaba empezando a enamorarme de él, y eso no era bueno; ni para el, ni para mi. Me sacaba ocho años, vivía en Burgos, y solo me veía como una amiga. ¿Que más cosas me hacían falta para ver que saldría perjudicada?

Saqué el móvil de mi bolsillo con el corazón apretado y bloqueé a Max. Estaba bien, estaría bien. Sería la mejor decisión aunque me doliese. Él encontraría a una chica de su edad, sería un amor correspondido y no se acordaría de mi. Al fin y al cabo, yo solo era una niña para él.

Yo: Bueno, tampoco es nada malo.

Max: ¿Es normal?

Yo: ¿Crees que hablar con alguien de ocho años menos no es nada normal?

Max: no, no es nada normal, en mi punto de vista.

Yo: ¿Entonces que haces hablando conmigo?

Max: En realidad si, ya que soy simplemente un amigo tuyo.

Cogí una botella de tequila con furia y pegué un largo trago, recordando como me lo dejó claro más de una vez.

Max: Asumo que no quieres hablar, voy a dormir.

Yo: ¿Por qué piensas eso?

Max: No lo sé, estoy raro y cansado, igual me afecta.

Yo: Pero no sé porque piensas que no quiero hablar contigo.

Max: Perdón en serio, he pensado mal.

Yo: No pasa nada, pero que sepas, que si quiero.

Max: Se me hace un poco extraño que alguien me trate así de bien.

Yo: ¿Por que?

Max: A veces pienso demasiado las cosas y me suelo liar.