La verdadera chica vestida de rojo

38 5 0
                                    

CAPÍTULO 43💄

—¿Estás lista?

Ivi apareció en el marco de la puerta de mi camarote, con una sonrisa radiante y unos labios color fuego gritando peligro.

La verdad, al lado de ella me sentí por un momento una impostora. Ivi era guapa y lo sabía, porque a cada rato agitaba su melena pelirroja como si así hechizase a diez hombres sin esfuerzo. Aunque la hubiese visto más de dos veces en mi vida, nunca podría acostumbrarme a describir su belleza, porque aunque se hubiese portado mal conmigo, yo no podía odiarla.

Y yo no me podía comparar con ella, porque cada una tenía belleza a su forma.

—¿Te puedo preguntar algo?

Ivi arrugó las cejas pero aceptó colocándose detrás de mi.

—Te ayudo con el peinado —sonrió agarrando la plancha—. Vas a quedar guapísima. Verás la cara que pone Max.

La verdad que sorprenderle no era una mala idea, y por eso se me escapó una pequeña risa al agachar la cabeza, avergonzada por imaginar su cara morbosa.

—¿Alguna vez te pasó algo con Miki que te echase para atrás al momento de casarte?

Ella me miró a través del espejo, sujetando la plancha en el aire.

—Más bien alguien querrás decir —rodó los ojos con una sonrisa.

Mi intriga aumentó.

—¿Pasó algo con alguna chica? —hice bien la pregunta.

—Se podría decir así —suspiró—. Yo al principio fui insegura con él por personas del pasado que me hicieron daño.

Vaya, los dos hermanos tenían más en común de lo que imaginaba. Parece ser que también compartían inseguridades.

—¿Os está pasando algo así? —me miró con intriga.

—Me ha mentido.

—¿En que?

—Sobre acostarse con otras personas cuando nos separamos.

Ella apretó los labios.

—Sin duda, sería algo que también me molestaría.

Decidí no hablar de lo que pretendía hacer, porque era algo privado que tenía que solucionar con Max. Pero si que miré el anillo de compromiso inconscientemente, sin saber aún que decisión debería de tomar.

Dios, esto era más difícil de lo que parecía.

Cuando leía todos esos libros donde el protagonista fallaba a la chica, me resultaba tan facil gritar como si la protagonista me escuchara y siguiese mi consejo de mandarle a la mierda. Pero ahora mismo yo estaba en el lugar de la protagonista, y no es que me hubiese hecho algo grave como serme infiel, pero si me había ocultado algo y era difícil tomar una decisión con claridad.

Me basé en la situación de un libro para tomarla.

Porque a decir verdad, sentí que esa escena fue una representación de lo que acababa de pasar con nosotros.

—Debes de pensarlo bien —Ivi susurró planchando uno de mis últimos mechones—. Seguro que Max no lo hizo a propósito.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque es mi hermano. Y aunque cometa errores, él te quiere.

Suspiré.

—En el pasado, si hubiese sido al revés, él se hubiese enfadado más que yo ahora —toqué mi frente—. He de pensarlo bien.

La chica del vestido rojo [MY LIFE AFTER HIM] (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now