La hermana mayor ♡

110 10 0
                                    

CAPÍTULO 9🚦

Jugué con mis dedos mientras esperé sentada en un banco frente a su casa. Mis dos mejores amigas de pie frente a mi, esperando a que tuviese el suficiente coraje como para llamar a su puerta. No iba a negar que estaba nerviosa, era la hermana de Max, bueno, más que hermana parecía un padre.

Toqué mi pecho, tratando de calmarme.

«Venga Almudena, solo te saca diez años. Respira y no parezcas falsa, no quieres que piense algo que no eres, ¿verdad?»

—Cuando estes preparada

Lucia habló mirando hacia su ventana. Yo ahora mismo sentía que me iba a dar un ataque de pánico.

—No sabéis como es.

—Tú tampoco.

—Max me contó como era. Por eso no quiero hablar con ella. ¿No podemos buscarle por aquí? Tal vez esta en la playa.

—Sería mucha casualidad. Venga.

—Vamos...

Al final me rendí sin poder respirar, mi pecho se sentía tan encogido que no pude evitar pensar que estaría como una pasa. ¿Sabéis esas uvas secas arrugadas? Pues mi corazón probablemente estaba igual, o peor.

Me levanté del banco y caminé hacia el portal, no sin antes echar un vistazo a las rubias detrás mío. A Emma, le iba a dar un ataque de impaciencia, y a Lucía, una mezcla de preocupación e impaciencia.

Al picar a su telefonillo los nervios aumentaron.

—¿Diga? —una voz masculina habló y solté un grito ahogado. El marido de Ivi.

—¿Esta Ivi? —mi voz era débil, así que carraspeé,  tratando de sonar más segura de mi misma.

—Si, un momento.

La contestación de su marido tardó, y por mi parte, no hubo respuesta.

Emma y Lucia sobaron mi hombro y toqué mi pecho. Iba a tener un paro cardíaco como mi corazón siguiese latiendo tan deprisa.

—Vosotras me habéis arrastrado a esto —susurré enfadada. ¡No quería hablar con ella!

—¿Hola? —distinguí su voz.

Mis ojos se abrieron en sorpresa.

—Ivona —Emma habló sabiendo que ahora mismo no salía palabra de mi boca—. ¿Podemos hablar? No nos conoces pero venimos por parte de tu padre.

Abrí los ojos más aún y tapé la boca de Emma, recuperándome—. En realidad solo nos dio tu dirección. Necesito hablar contigo —hablé con torpeza.

No tuve respuesta por parte de ella. Pensé que me había colgado hasta que escuché un pitido, avisando de que me había abierto la puerta.

—¿Por qué me tapas la boca? ¿Qué he dicho?

—Porque no es lo mejor que le podrías haber dicho.

Abrí la puerta y empecé a subir las escaleras. Mis amigas me miraron extrañadas—. ¿No cogemos el ascensor? —Lucia caminó detrás de mi.

La chica del vestido rojo [MY LIFE AFTER HIM] (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now