La pesadilla de la chica del vestido rojo ♡

106 6 0
                                    

CAPÍTULO 18🌊

Admiré las increíbles vistas frente a mi, el sonido de las olas impactando contra las rocas. El olor a mar, el viento azotando contra mi pelo, mi cuerpo y mi vestido.

Subí mis piernas desnudas al banco donde estaba sentada, doblándolas a un lado mío. Mi pelo ondulado acariciando mis hombros por cada ráfaga de viento contra mi cara.

La tela de mi vestido rojo imitando el movimiento de mi pelo.

Su mano se posó en mi pierna desnuda. Ya que el vestido era abierto.

—Estas perfecta —él susurro a mi lado. Mire el brazalete de oro en mi muñeca y sonreí. Me sentía hermosa.

Mi vestido rojo era apretado hasta lo bajo de mis pechos, una gran abertura por la parte de mi pierna derecha. Mi escote triangular dando una buena estructura a mis pechos.

Observé a Max por un largo tiempo, él estaba tan guapo bajo la sombra de los árboles que nos protegían del sol...

Entrelacé mis dedos con los de él, nuestros anillos de oro haciéndome sonreír. Su traje negro le hacía lucir atractivo, su pelo echado hacia atrás, haciéndole aún más apuesto. Apretando su mandíbula, marcando su mentón. La barba de los pocos días dándole un toque maduro.

Miré las dilataciones de sus orejas. Siempre me habían gustado. Creo que si se las quitase, ya no tendría ese toque sexy que le aportaban.

Los dos nos miramos en silencio. El sonido del mar de fondo.

Sobraban palabras en ese momento.

Era todo tranquilidad y... felicidad, demasiada felicidad.

Era todo lo que pedía.

Le besé y apoyé mi cabeza en su hombro, disfrutando de las vistas frente a nosotros. Max me abrazó de lado, acercándome más a él.

—Te amo —susurró. De repente, el temor empezó a dominarme. Su voz haciéndose cada vez más lejana.

No...

Miré donde el estaba, pero había desaparecido. Todo había desparecido.

—¿Amor? —pregunté empezando a caminar. Ya no había luz, solo era... oscuridad, silencio, temor. Todo estaba oscuro, en cada parte que miraba no había luz. Y eso causó tenebrosidad.

—¡Max! —grite asustada, él ya no estaba. Una presión en mi pecho nació, y empecé a correr. Sentía mis piernas pesadas, me sentía enfadada por no poder correr con mas velocidad, ¿por qué no podía correr más rápido?

Me levanté de un bote en la cama. Me senté sobre ella. Mi respiración descontrolada, mis cachetes empapados en lágrimas. Toqué mi pecho con angustia, sin pode respirar con normalidad.

Las luces se encendieron. Lucia y Emma viniendo hacia mi con rapidez. Yo solo lloré, sin poder parar.

—Solo es una pesadilla... —Lucia susurró abrazándome, tratando de tranquilizarme.

—¿La misma? —Emma me preguntó con temor. Asentí sin poder respirar y ella suspiró—. Joder.

—Él ya no estaba... —balbuceé.

—Shhh —Lucia susurró abrazándome contra su pecho, acariciando mi pelo.

—Estas teniendo muchísimas pesadillas —Emma habla bajito, sentándose delante de mi—. No dejas de tener pesadillas ni durmiendo con nosotras...

La chica del vestido rojo [MY LIFE AFTER HIM] (EN EDICIÓN)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant