ミSurvivorミ [Hawaii 5.0]

Capitulo 63

—La reunión para la presentación del nuevo jefe es un hecho— Ginna interrumpió los pensamientos de Elizabeth.

Su dedo golpeaba el borde de la ventana, un hermoso paisaje que solo podía apreciar desde ahí. Giró su cabeza suavemente en dirección a su prima.

Quería actuar lo más rápido que pudiera.

—Ese chico... Luciano...

—Te recuerdo que estás comprometida— advirtió la pelirroja recostando su cuerpo en el sillón negro que estaba en medio de la habitación.

Fríamente miro a su prima soltando un largo suspiró.

—Amo a Steve— dijo tranquila—. De lo que yo quiero hablar es del porque es tu mano derecha.

Ginna estiró ambas manos. Entendía el porque de la pregunta.

Luciano D'Martino. Un niño que nació en una familia que era súbdita a los D'Angelo. Aunque no era tan poderosa como ellos. Si tenían ciertas reputaciones

El había exterminado a toda su familia, sin excepciones, por las órdenes expresas de Andrés D'Angelo. Sin remordimientos. La razón era obviamente la traición.

Para Camorra la familia era importante.

Además de que el simple hecho de haber sido peón de Andrés ya le generaba una desconfianza tremenda. Podía saber que el no era una persona ordinaria.

No sentía afecto por nada ni nadie.

—Si un perro es abandonado, tiende a desconfiar en los demás por miedo— comienza a relatar—. Pero siempre existe una posibilidad de que pueda abrirse a ti si lo cuidas y me demuestras que no vas a abandonarlo.

—Hablas de perros... Pero hablamos de una raza mucho más salvaje que ellos... Humanos— Elizabeth se aparta de la ventana para caminar hasta el escritorio de madera colocando sus manos en el—. Luciano no tiene nada que perder, y eso es peligroso.

—Pero tampoco nada que ganar— responde la pelirroja.

Sus miradas chocaron con fuerza antes sus ideas sobre aquel integrante. Con ello, Lizzie comprendió su razón.

—Reflejarte en el muchacho, no saldrá bien, Ginna.

—No es solo eso, Elizabeth.

—Dices que estás enamorada de él— frunce el ceño ante su ridícula idea.

—No pongas palabras en mi boca.

—Bien...—suspira—. Si sigue tan segura estás, por mi no hay problema—observa cuidadosamente las imágenes desparramadas en el escritorio—. Solo estoy aquí por un tiempo— declara—. Pero si hace algo, no seré indulgente.

—Lo sé— asiente ella con suavidad—. Creo que ya es hora.

Mientras Ginna miraba su reloj, la puerta emitió dos sonidos antes de que ambas soltaran un "adelante"

Giovanni D'Angelo apreció con un rostro alegre, su traje era de un color azul. Dónde claramente podía apreciar las manchas de sangre que salpicaron en el.

—El paso 1 está listo, chicas.

Elizabeth asintió mirando a Ginna que no tardó en reincorporarse.

—Bien, vamos al paso 2.

(...)

Luego del escape de Elizabeth de aquella camioneta falsa. Su incógnita aún no era resuelta. ¿Por qué había hecho eso? ¿Escapar? A meses de su boda.