ミSurvivorミ [Hawaii 5.0]

Capitulo 51

Steve había convencido a Elizabeth para salir del hotel. Investigaban como entrar a la cabaña en medio de la nada. Con una gran seguridad.

Y que mejor una feria que estaba cerca.

McGarrett se detuvo mirando algo. Lizzie se regresó para ver qué era lo que lo retrasaba.

—Mira, si tengo esto puesto pasaremos desapercibidos.

El tomó un sombrero largo y un bigote falso.

Ella reprimió una risita. Sacando su teléfono para tomarle una foto. Steve poso poniendo ambas manos arriba con la seña amor y paz.

—¿Cuánto sería?

El vendedor quedó un poco pasmado. Lizzie le pegó en su pecho para alejarlo.

—¿Cuánto será de ambos?

—Ah si...

Elizabeth saco la cantidad dada con una sonrisa divertida.

El mayor problema y la razón por la que ella no quiso salir del hotel. Era por qué se notaba a kilómetros que Steve era Americano.

Ella no destacaba mucho, gracias a todo su entrenamiento sabía mezclarse completamente.

—No pasarás desapercibido— comenta ella acomodándole el bigote.

—¿Por qué no?

—No sé si te has dado cuenta, Steven— responde—. Mides 1.85 y en promedio los mexicanos suelen medir 1.69 o menos... Son raros los casos— el la mira confundido—. Además de que a tres mil kilómetros te seguirás viendo como un SEAL.

—¿Tan obvio?

Elizabeth asiente.

—Era un sexy comandante gringo— le guiña el ojo—. Olvide decirte algo sobre Sinaloa...

—¿Que?— el posa su mano en los hombros de la azabache.

—Mis tíos maternos controlan está localización... En su mayoría— avisa—. Y digamos que no les gusta que...— se aclara la garganta—. Que salga con gringos.

—Oh...

—Pero no trae preocupes— ella le resta importancia—. Si no te separas de mi, evitaremos que seas secuestrado por ellos.

Steve le arremedo cada palabra en silencio para alivianar que justo ahora su novia le estaba diciendo que posiblemente su familia materna lo secuestraría y torturía hasta que rompiera con ella.

—Me alivia, creo— sueltan una risa—. ¿Que quieres hacer? La verdad es que no se... Esto es diferente.

Elizabeth asiente entendiendo. Después de todo ella era Italiana y mexicana. Así que conocer ambas costumbres o eso. Era difícil.

—Creo que primero te llevaré a probar toda la comida mexicana que encontremos... ¿Estás listo?

—No, creo...

—Muy bien, Steven, vamos.

McGarrett no se puede negar dejándose llevar por su novia mientras se abrían paso entre la gente.

Y se golpeaba con los letreros de algunos puestos o los lazos de algunas lonas.

Elizabeth se reía de ello cada vez.

(...)

Steve McGarrett nunca había sentido que su lengua se quemaba de tal manera. Lizzie sonreía divertida. Le había puesto demasiado salsa a su gordita.