capítulo 23

2.6K 230 26
                                    

El día en Hawai era tranquilo. Aunque en la cárcel de Halawa no era lo mismo. Siempre había peleas, gritos ,un par de insultos y más. Llevaba una semana en la cárcel. Un hombre, que trabajo codo a codo con sus tíos ofreció protección a cambio de que le ganará en el poker. Elizabeth lo había hecho. Recordaba su cara de sorpresa aquel día. Sabía fingir muy bien y lo engaño para que pensada que genia ganado el juego. Desde entonces nadie se metía con ella. Y si lo hacía era golpeado por la gente del hombre. Ese día Elizabeth se levantó para hacer ejercicio. Todos se abrieron paso. Aún si era una policía, o más bien de 5.0 que había metido a varios personas ahí. Paso sin problema, hasta que sintió el peso de Cooper en sus hombros mientras le miraba con una sonrisa de lado. Charli siempre está con ella para recibir el mismo trato. Quería ser intocable. Cuando estuvo apunto de salir. Un guardia retuvo a Charli Cooper mientras Elizabeth pasaba sin ningún problema. Se dió cuenta de que no había nadie en el patio. Todos habían sido devueltos a sus celdas. A excepción de una persona. Su cabello rojizo estaba opaco. Casi hacia juego con su traje neon. Tenía sus manos en los bolsillos. Elizabeth alzo una ceja mirando como los guardias se retiraban de su puesto para no ver lo que estaba pasando. Paso su dedo por sus labios.

Opresión en su pecho era lo único que tenía ahora. Garganta seca, un pequeño temblor en sus manos.

Se giró sobre si mismo. Estaba demacrado. Sus tíos habían hecho un trabajo exelente. Parpadeó dos veces. Andrés D'Angelo sonrió en dirección a su hija mayor.

—Elizabeth— su voz. Su asquerosa voz le provoca náuseas. El recuerdo de el diciendo que asesino a su madre y la lanzó a los perros hacía que una ira incontrolable.

—Andrés— respondió estoica.

Un pequeño reflejo golpeó sus ojos gracias al sol. Se dió cuenta. El se había acercado demasiado rápido, solo atino a bloquear el ataque con su antebrazo. La navaja improvisada estaba cerca de su rostro. Llevo sus ojos hasta su padre. Negó mientras llevaba su rodilla hasta la entrepierna de su padre. Cuando se doblegó retiro su antebrazo para enredar su mano en la muñeca de su progenitor mientras se enrollaba en el brazo teniendo atrapado el brazo de su adversario. Se dió cuenta de que Andrés recuperaba la compostura. Brindo un codazo en su rostro mientras apretaba más su agarre. Jalo más de la capacidad del brazo logrando romper de un puñetazo. El alarido de dolor llegó a sus oídos aturdiendo sus sentidos pero logro tomar la navaja entre sus manos. La lanzó lejos logrando que se quedará clavada en una banca. Apretó su palma contra el cuello de su padre pegándo su cuerpo contra la reja. El estaba asustado, pero ansioso por saber si lo mataría.

No reconocía al mounstro que tenía al frente. Hubo un tiempo, exactamente cuando estuvo en el hospital luego de su enfrentamiento contra Francis y Odette. En el que quería creer que todo había sido producto de su imaginación. Que el hombre que había estado ahí para matar a sus hermanos menores era un gemelo malvado o lo que sea para no asimilar que era su padre quien había tejido una mentira tan abrumante. Que la lastimó.

“Ese no era su padre”

Siempre se repitió eso. Pero se vio obligada a aceptar todo. Descubrir que tal vez su padre nunca le quiso y que solo era una arma que amaso desde pequeña para poder tomar el control en el crimen.

—¿No recuerdas que era tu pequeña niña?— soltó en un murmullo. Andrés pudo sentir lo que su hija sentía. Todo por sus ojos—. ¿Cómo pudiste hacerme eso? ¡Hacernos!— se corrigió—. Le mentiste a tu sangre, me traicionaste y me destruiste— su labio temblaba. Cerró sus ojos con frustración—. ¡Destruiste lo que juraste proteger! ¡ Envenenaste mi corazón!— apretó su agarre abriendo los ojos llenos de rabia—. ¡¿NO RECUERDAS QUE ERA TU PEQUEÑA NIÑA?!— sollozo—. ¡Yo te amaba! ¡Pero ahora solo puedo odiarte!

ミSurvivorミ [Hawaii 5.0]Where stories live. Discover now