Capítulo 30

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Podía enlistar las cosas que pudieron salir mal. Eran muchas. Elizabeth se tallo la cara, el calor era tormentoso , se destapó la cara, mientras estacionaba el Jeep. Kensi le miraba con neutralidad, llevaban un mes en Israel, lograron hacer contacto. Información por Ziva. Ese día se llevó a cabo el intercambio. Pero el grupo que tenía a Ziva quería jugar con ella. Burlarse de su necesidad de querer a volver a Ziva. Le habían dado una rehén muerta, en pie por un par de palos. Se fueron tan rápido como para ver sus caras estupefactas. Entró a los campamentos. Se sentó con frustración. Una mujer se presentó frente a ella con la mirada intrigante.

—¿Ziva?

—¡Me engañaron!— la mujer quería golpearse la cara contra la pared de tela o con el piso si era preciso—. ¡Esos hijos de puta tienen a Ziva y la información!

—¿Que?

—¡Que tienen la maldita información!

—¡Se las diste! ¿Toda?— alzó la voz con desesperación.

—¡Al contrario de ti, yo realmente aprecio la vida de mi amiga!— se acercó con lentitud encarando a la agente.

—¡Comandante D'Angelo! ¡Demonios! No piensas con claridad— la azabache rodó los ojos—. ¡Comenzaré a arreglar todo para que vuelvas a D.C mañana!

—¡Que no! ¡Estoy aquí desde hace un mes y hice todo el trabajo que debiste hacer en un maldito año!

—¡Está decidido!

Elizabeth cerró los ojos sin querer actuar de manera estúpida. La agente Blye miró a su amiga. Todos abandonaron la carpa. La agente de NCIS miró a su amiga.

—¿No le dijiste que les diste la información codificada y que colocaste un GPS en ello?— pregunto confundida.

—Ya es tarde para decirle — sentenció—. Tendremos que actuar en cuanto la ubicación aparezca, antes de que O'connell me mande a D.C.

Kensi suspiró. Asintió. Elizabeth comenzó a teclear. Había implementado que cuando intentarán abrir ese archivo ,este mandaría una señal al satélite más cercano e iluminará su ubicación como un árbol de navidad. Se quedó pensativa. Algo volvió a pinchar su corazón desde lo profundo, recordando a Steve. Se sentía una mala persona al dejarlo. Pero realmente debía hacerlo. Aunque estaba comprendiendo algo. Steve McGarrett logro algo que nadie en su vida hizo. Le rompió el corazón, era un sentimiento ajeno que en su juventud nunca experimento. Era tan raro. Era como si le faltará el aire, la mitad de su ser adormecido. Cómo si su corazón se encogiera poco a poco. Le parecía ridículo.

—Lizzie... Tu celular está sonando— la azabache parpadeó. Busco el teléfono.

Contestó.

— Comandante D'Angelo— se presentó inmediatamente.

— Creí que habíamos dejado las formalidades aún lado desde hace tiempo, Cariño.

Una sonrisa iluminó su rostro. Kens, le señaló un punto de carpa para que contestará mientras ella respondía la llamada de Jackson.

—Lo siento, estoy algo tensa— lamento con timidez.

¿Todo bien, cariño? Sabes que no debes alterarte, ¿Ya comiste? ¿Descansaste lo suficiente?

La D'Angelo lamio sus labios, inconscientemente mordiendo su labio.

—Jack, no soy una niña pequeña— se quejó—. Se cuidarme.

—Lo siento, creo que me da miedo perderte...

Lizzie arrugó su nariz. Había algo en el tono de Jackson que le parecía... Extraño.

ミSurvivorミ [Hawaii 5.0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora