Capitulo 38

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El tiro estampó contra el tronco del árbol. Rozando su rostro. La lucidez de su mente podía perderse de un segundo a otro. Escuchó la risa llevando sus ojos a el.

—¡De verdad lo hiciste!

—¿Por qué no lo haría?— levantó su ceja con indiferencia—. ¿Debería tenerte piedad?

La persona frente a ella sonrió con locura. Colocando el cañón de su arma oculta entre sus pantalones en las camisuras de la boca con movimientos juguetones. Más Elizabeth no se movió ni un centímetro, la rigidez se había apoderado de ella.

—¡Adoro verte con esa vitalidad!— parecía disfrutarlo. Apunto a la dirección de D'Angelo—. Es excitante—Elizabeth no podía seguir pensando en cosas que lo describan mejor que repulsivo—. Es mi turno.

Disparó muy cerca de la pelinegra, logrando un impacto certero. Pero aún así ella no se movió.

—¿Cómo...?— apretó sus ojos antes de poder recuperar el control de su propio cuerpo y mente—. Así que finalmente muertas tu verdadero rostro.

Elizabeth sabía que debía mantenerse a distancia. Habían corrido demasiado, tardaría en recuperarse de su respiración agitada. Más teniendo en cuenta sus heridas no podía arriesgarse en el combate cuerpo a cuerpo. Tenía solo un cartucho de balas de repuesto. Conocía las debilidades y fortalezas de su enemigo. A tal punto que estaba desvalidando las suyas. Sentía que su cuerpo se comportaba errático. Debía poner prioridades. Calcular riesgos. Y sobre todo quitarle el arma a su contrincante si quería evitar otra bala pero está vez en el corazón sin muerte falsa. Tenía muy pocas oportunidades.

—La violencia es lo mío— aseguró con orgullo—. El dolor de las personas a las que lastimo es el mayor placer que puede existir en todo el mundo— Elizabeth D'Angelo frunció el ceño—. Cómo justo ahora... Tus ojos... Tienes miedo.

—¿Por qué? ¿Por qué puedo morir?— rodó los ojos—. Creeme, de todas las cosas que existen, es a la que menos le tengo miedo.

—Deberias— aseguró inconforme—. Ese momento en el que tu eres todo, dónde estás en la cúspide de ti éxito— movió sus manos queriendo explicar—. Cuando alguien te arrebata la vida, cada respiración, cada parpadeo, cada latido. Todo— giró sobre si mimos fantaseando—. Es arrancada, nunca lo volverás a hacer, Después de quitarte todo eso, todos tus sueños, tus ilusiones, tus metas, todo lo que tenías— recargo su arma—. Finalmente eres borrada de la existencia humana, tu familia te olvidará, yo lo haré. Todas las personas que profesaron su amor por ti, que brindaron su amistad— disparo a un pájaro matandolo casi al instante sin una pizca de remordimiento—. Terminarán por olvidarte, solo serás una persona más, alguien sin importancia— se encogió de hombros—. Alguien más te reemplazará en sus corazones, tus recuerdos serán olvidados como basura. Tus récords serán superados. Todo eso es tu fin— dió dos pasos hacia D'Angelo, los mismo que ella retrocedió sin perder su ventaja—. Deberías temer por tu existencia... Cómo me hiciste temer la mía.

Apretó sus puños impotentes. Por qué siempre era tan sensible. Desde lo que pasó con su familia a causa de el. Todo le afectaba el triple parecía.

—¿Es por tu ego? Los hombres y su masculinidad frágil— escupió sin miedo—. La verdad es que ya veía venir esto— afirmó sorprendiendo a su oponente—. Nunca dejarías que yo fuera mejor que tú, patético— chasqueo la lengua—. Oh, y no tienes por qué ser considerado conmigo, el decirme de todas las cosas que podría perder estando muerta— negó con cuidado—. Me tienen sin cuidado— dejo en claro con desdén—. El abismal olvidó al que me inclinó con la muerte no me da miedo. Nunca lo hizo— el hombre frente ella parecía perder la razón, nuevamente la había subestimado—. No lo hace ahora.

ミSurvivorミ [Hawaii 5.0]Where stories live. Discover now