ミSurvivorミ [Hawaii 5.0]

Capitulo 58

El clima era perfecto. Después de comer un helado fue llevada con Lou Grover. Exactamente a un campo de golf. Pero Elizabeth estaba confundida. Por lo de la primera nota, se había esperado algo más atrevido en los siguientes "niveles" en la búsqueda del tesoro.

No es que no le gustará estar ahí. Debido a que la tranquilidad que brindaba la vista de un jardín bien cuidado como lo era el del club.

La cuestión radicaba en que en todos los deportes, actividades y cosas que estuvo obligada a aprender por su trabajo.

El golf.

Era lo que menos le atraía. Si bien era buena y competitiva en eso. Ella estaba más chapada a las actividades que implicaba prácticamente matarse en una mala decisión. Con su trabajo, estar codo a codo con la muerte ya no era algo que le diera mucho miedo.

—Se que esto no es muy divertido, Lizzie.

—¿Oh?— ella niega—. No, no, me gusta escuchar tus malas bromas... Es como un manual para cuando sea vieja...

—De no ser porque te puedo matar con esto, te lo lanzaria— señalo la pelota.

Elizabeth suelta una risa.

—No te molestes, te saldrán arrugas y para la boda de tu hija, seguramente te verás fatal.

—¡Si se casa!

—Oh, créeme, lo hará— se burla riéndose de el.

Grover ríe lanzando la pelota.

—No te preocupes, yo solo soy el descanso.

—¿Que?

Lizzie ladea la cabeza confundida.

—Una pista para que te relajes— aseguro—. Solo relájate... Y ve por mi pelota si eres muy amable.

D'Angelo acepta con una sonrisa. Camina con tranquilidad. Hasta darse cuenta de que no recordaba a dónde había apuntado.

En medio de la confusión atino a ir a los hoyos más cercanos.

Hasta que sus ojos captaron la pelota con la que le había amenazado de lanzarla contra ella. Comenzó a reírse levemente. Definitivamente tenía que haberse esperado esa pequeña casualidad de ir a buscar la pelota.

Ignoro lo que iba a buscar, acercándose directamente al hoyo donde seguramente estaba la pista enrollada. Pero decidió hacer memoria.

Un árbol hueco.

Se acercó a los árboles más cercanos, comenzando a dar golpecitos para buscar la nota. Y siendo sinceros, parecía una loca llendo de aquí a allá tocando árboles.

Hasta qué finalmente lo encontró. Era un pergamino que parecía ser viejo, lo que llevo a Elizabeth recordar las clases de manualidades que con un precio accesible, claramente. Tali la hija de Ziva se ofreció a darle a Steve.

Durante el tiempo que estuvo ahí, era divertido ver a Steve tratando de no ser regañado por una niña que sabía que hacía mejor las cosas. Dos días de diversión entera.

—¿Cuánto tiempo te llevo planear esto?— pregunto al aire abriendo la nota.

Espero que hayas recobrado fuerzas.

La siguiente pista será un poco difícil, pero nada que mi novia no pueda hacer.

Amas demasiado las cosas que impliquen adrenalina  así que planee esto muy bien.

¡El transporte llegará y la pista volará!

Te ama profundamente, Steve John McGarrett.