ミSurvivorミ [Hawaii 5.0]

Capitulo 53

—¿Que haces?— pregunto Ginna.

—No puedo dormir— dice tranquilamente—. Steve si, pero yo...

—Creo que ya somos dos— suspira profundamente—. He merodeado la casa más de tres veces y aún así no logro pensar con claridad...— Elizabeth asintió—. ¿Cómo estás?

Lizzie recargo su cuerpo en la barra pasando sus manos por su rostro.

—No es exactamente la cosa que esperaba— Ginna asintió.

—Es tu madre—  declara comprendiendo—. Al menos la tuya tuvo la decencia de decirlo directo... La mía no.

—¿La sigues odiando?— pregunta.

—Tu madre me dijo que la perdonará, claramente ella no recuerda que Leonor me llevo al aeropuerto con treinta kilos de cocaína en maleta y peluche— bufa.

—Creo que nuestros progenitores no son exactamente lo que se esperaría— dice Elizabeth refiriéndose únicamente a André y Leonor D'Angelo—. ¿Encontraste a tu padre?

—No— hace una mueca—. Y a este punto de mi vida, ya no me interesa... He estado bien sin el, ¿Que clase de padre deja a su hija con su madre mafiosa que forma parte de la mafia italiana?

Elizabeth no tiene la respuesta. Su espíritu está en paz sabiendo que su madre no sufrió aquel destino trágico que Andre le había dicho.

Pero dolía el simple hecho de pensar que para su propia madre no fue más que un recuerdo viviente del hombre que más daño le hizo.

Ardía como el infierno.

—Sigues sus pasos— suelta. La pelirroja frunce el cejo confundida—. Hablo de Leonor...

—Era mi único camino— estira ambas manos.

—No, y lo sabes— reprende sutilmente—. Había más caminos...

—Es sorprendente que lo digas tu por qué si no mal recuerdo te uniste a la CIA por qué tú padre te lo dijo— escupe molesta.

—Detestas a la familia pero te has convertido en la mayor traficante de polvillo blanco en Latinoamérica— sonríe irónica—. Tenías más opciones...

—¿La CIA? ¿El FBI? ¿Los marines?— escupe—. No pertenezco ahí.

—¿Y a dónde perteneces? ¿Eh, Ginna?— cuestiona—. Tenías una familia...

—No, ¡Tu tenías una familia! ¡Yo simplemente era la niña adoptada!— se señala con ojos furibundos—. ¡A la que dejaste a un lado por tus hermanos! ¡No es que este resentida es que!

—¡Yo nunca! ¡NUNCA! ¡Te deje aún lado!— puntualizó. La sala donde estaban lo suficientemente alejada de las habitaciones como para que las escucharán discutir a esas horas de la noche.

Ginna se mofo.

—¿Ah, no? ¡Eso dices! ¡Pero tan pronto nació Tristán! ¡Dejamos de ser Elizabeth y Ginna!

Lizzie frunció el ceño.

—¿Que?— escupió—. ¡Eso no es cierto!— reclama—. ¡No lo recuerdas! ¡Cuando nació Tristán! ¡Simplemente comentaste a alejarte! ¡Después de eso, decidiste irte al internado en Inglaterra! ¡TE ROGUÉ QUE NO TE FUERAS! ¡LLORÉ POR MESES! ¡ERAS COMO MI GEMELA!

—¡ME FUÍ POR QUE ESTABA CELOSA! ¡CELOSA DE LA ATENCIÓN QUE RECIBÍA ESA NIÑO! ¡NO SOLO DE TI! ¡DE ÁNGELA! ¡Mierda! ¡Era una familia que anhelaba!

—¡Éramos tu familia! ¡Tu eras parte de ella! ¡Siempre te excluías tu sola!— acepto—. ¡Ginna, tu eres mi hermana! ¡Crecimos juntas!

—Es solo que...— la pelirroja sintió una inmensas ganas de llorar—. Tenía miedo... De que si insistía... Mi familia... La familia que teníamos... Se rompería como la que Leonor me dió...