ミSurvivorミ [Hawaii 5.0]

Capitulo 46

El auto freno frente a un restaurante de comida rápida. El rubio salió primero seguido por una azabache muy sonriente que lo espero sentada en el capo del auto.

—Te odio— murmura antes de entrar al restaurante.

—Me amas y lo sabes— Elizabeth le lanza un beso.

El rueda los ojos entrando. Ella ríe divertida. Steve había tenido un par de asuntos en cinco--0. Por lo que a pesar de no querer dejarla sola, tuvo que hacerlo.

No por mucho por qué fue a molestar a su rubio favorito.

Daniel Williams.

Lo había convencido de ir a comer un par de hamburguesas. En una semana iría a hablar con el gobernador para reincorporarse al equipo. Digamos que Elizabeth D'Angelo no podía vivir sin estar haciendo algo. Y como su pastelería termino siendo explotada por uno de sus enemigos. No tenía ganas de volver a abrirla. Y quedarse en casa no era lo más atrayente.

Después de todo la vida que implicaba peligro era a la que estaba acostumbrada.

Soltó un ligero suspiro. Notando que varias personas salían corriendo en una dirección. Frunció el ceño creyendo que era un accidentado. Se acercó para ver si podía ayudar en algo.

Pero después también se dió cuenta que todos miraban arriba.

Sus ojos siguieron hasta la azotea. Dónde había un hombre abrazando a una niña para lanzarse.

—¿Es su hija?— una señora negó a su lado.

—La agarro de los brazos de su hermano mayor— señaló a un adolescente desesperado siendo retenido por la policía.

Ella asiente caminando hasta una tienda comprando un par de cosas. Sale con rapidez un poco aliviada por qué el hombre siguiera con la niña arriba. Se acercó a los policías mientras estos buscaban la oportunidad para dispararle con el francotirador.

—Si disparan la niña caerá con el cuerpo— menciona acomodándose la blusa—. No es una opción factible, les recomiendo que me dejen subir.

—¿Usted quien es?

La azabache sonríe.

—Capitana Elizabeth D'Angelo— estira su mano—. Intentaré apartar a la niña de su lado.

Los oficiales de miraron entre sí. Aceptando.

Elizabeth paso entre la multitud con discreción subiendo hasta la azotea. Busco con la mirada un pilar asegurado. Ató una soga ahí con fuerza para evitar que esté fuera a romperse. Se subió a la cornisa con el hombre y la niña.

—¡¿Tú quien eres?!

Ella lo miro sin interés.

—No eres el único que se quiere lanzar de un edificio, además— lo señala—. Tú estás en mi edificio— el frunce aún más el ceño—. Si quieres saltar puedes ir al de allá— el mira en la dirección que apuntó—. Ya había planeado hacerlo, así que... Shu shu— mueve sus manos alejandolo.

—¡Yo voy a saltar primero!

La azabache se cruza de brazos.

—¿Por qué tomaste a la niña?— pregunta con suavidad. Si el hombre percibía agresividad terminaría saltando con la infante.

—¿Eh? ¡Y eso a ti que te incumbe, extraña!

—Soy Elizabeth por cierto— se presenta—. Digo, si vamos a morir pues hay que conocernos.

—Seth...

—¿Y tú, pequeña?— ella la mira con amabilidad brindando confianza con una simple pregunta.