La ostentación y el glamour de la capital a menudo asombraban a Pececito, pero él sólo se lamentaba en su corazón, su profesión era especial y estaba destinado a crecer en conocimiento, no sólo para absorber lo que veía, sino para no hacer un escándalo por ello, tenía que hacer sueños para los demás.
"Está bien ir a casa y cultivar" no es una conversación muy frecuente. Es un poco más maduro que sus compañeros, pero al igual que ellos, tiene fantasías sobre el amor, con la diferencia de que es muy cauteloso después de la experiencia de su propio padre.
Después de unos días en su primera relación online, descubre que su pareja está coqueteando con varias personas al mismo tiempo y las borra enfadado.
La segunda relación online fue con un hombre que se parecía un 1% a su foto, y el otro hombre era un chico de 90 kilos.
La tercera relación online es con un guapo alfa de un foro escolar, que se supone que es de fiar, pero resulta ser un cabronazo que coquetea con abo hombres y mujeres de seis géneros a la vez, y tiene 20 repuestos.
El mundo ya no es un buen lugar.
El mundo puede seguir siendo un buen lugar.
Es mejor hablar de amor que de juegos, es mejor hablar de amor que de ganar dinero, es mejor hablar de amor que de estudiar para una beca.
Pero no era bueno estar solo en la capital. Su casa estaba muy lejos, en Egret, y cada vez que veía a Ye Yan volver a casa los fines de semana, Pececito sentía envidia.
Ye Yan le traía fruta de casa para comer. Eran frutas que rara vez había comido antes. Las Cheerios, las fresas grandes, incluso las manzanas eran rojas y dulces.
Todo esto era sólo una parte de la vida diaria de Ye Yan. Para un chico de los barrios bajos que tenía que pensar en comer carne durante días, era un lujo.
Con su beca y su subsidio, tenía lo suficiente para vivir y enviaba todo el dinero que ganaba con su trabajo a tiempo parcial a su madre, con la esperanza de que dejara de lavar y cocinar para los demás, de que dejara de ir a la fábrica de productos electrónicos durante un día entero, de que dejara de no poder comprarse fruta y de que tomara su medicación para la hipertensión de forma regular y no dejara de tomarla ni un día, no era un juego.
Le dijo a su madre: "Ya estoy bien, la Capital Star es preciosa, ven a jugar algún día.
El día de su gastroenteritis, dijo lo mismo: "Estoy bien, mamá.
La última persona que lo acompañó al hospital fue Ye Yan. Ye Yan se apresuró a registrarlo por una tarifa, lo acompañó al hospital para su inyección y le compró unas gachas calientes.
Pececito estaba tumbado en la cama del hospital mirando la esbelta espalda de Ye Yan, pensando para sí mismo que había gente tan amable en el mundo.
"No supe nada de él durante un mes, pero volví a saber de él el día que Xiao Yu recibió el alta del hospital.
Incluso si voy a casa a la granja: ¿Cómo estás?
Pececito: Tuve un malestar estomacal y me ingresaron en el hospital, pero ahora estoy bien y he salido.
De casa a la granja: ¿Tienes a alguien contigo?
Little Fish: Mi adorable compañero de casa. Es muy agradable.
Es muy agradable.
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