Capítulo 44 (Final)

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Layla

Siempre fui fan de las historias de amor imposible, claro que cuando fue mi turno de vivir una me destrozó por completo, ahora vivía con un vacío en el pecho. No soy capaz de mirar a otra pareja dándose la mano, ni besándose ni haciendo cualquier muestra de afecto en público. Me recordaba a él y yo no quería recordarlo, no sabiendo que seguía amándolo, incluso con más intensidad que antes, y eso no era bueno para mi. Seguramente él ya había vuelto a su vida, ya había logrado sacarme de su mente y reemplazarme. No lo volví a ver desde que me dejó... Suena duro, ¿eh? Ya sabes, ser yo la que jode las cosas y que sea él quien me deja para que yo no me sienta mal.

—Layla, deja de mirar que no va a estar. —Carla pone sus manos en mis hombros y me mira apenada, a ella se lo conté absolutamente todo y estaba al tanto de mi relación con Erick, o mejor dicho, de mi no-relación—. Ya están todos los padres sentados, la graduación será en breve.

—Tenía la esperanza de que en un día importante se presentaría —admití, pero mis ilusiones ya habían volado una vez más.

Si, ni siquiera se presentó en mi casa el día de mi cumpleaños, ni me escribió unas felicitaciones, ni nada. Bueno, quizá un ejemplar del libro de "La Celestina" apareciera mágicamente en mi mesita de noche pero no iba a atribuírselo a él, sería demasiada coincidencia.

Era el día de mi graduación, había terminado bachiller después de todo, me había costado mucho trabajo pero había logrado conseguirlo. No tenía ni la menor idea de que haría después, no sabía si ir a la Universidad o si hacer FP, no tenía mis ideas para nada claras.

Dentro de poco cumpliría los dieciocho, la tan ansiada mayoría de edad. ¿Pero de que me servía ser ya legal si él no estaba conmigo?

Me sentía mal. Era algo inexplicable, algo hizo en mí para dejarle una huella tan profunda en el alma, mi mente no deja de imaginarse como hubiera sido mi vida junto a él. Extrañarlo me hacía daño pero era un sentimiento inevitable. ¿Cómo hago para dejar de pensar en él? ¿Cómo hago para olvidarlo? Es cierto que los primeros amores te dejan marcada, pero nunca imaginé que tanto.

Tengo ganas de cambiar la historia, de retroceder unos capítulos y volver a comerlo a besos, de abrazarlo para no soltarlo nunca más. Pero también tengo miedo, miedo de hacer las cosas mal, de darme cuenta que hemos cambiado, que ya no es lo mismo y me quedé leyendo una historia de amor que no fue más que erótica. Soñando en una falsa realidad que nunca fue ni será.

—Deja de pensar en él —me aconsejó mi compañera mientras mirábamos en dirección al público—, hoy cerramos una etapa en nuestras vidas, lo has esperado demasiado tiempo y no ha hecho el más mínimo esfuerzo por volver a acercarse a ti, es momento de cerrar también esa etapa de tu vida.

Ella hablaba en etapas y yo en capítulos. ¿Qué importa? Si la conclusión es la misma.

No tengo que pasar página, tengo que terminar el capítulo y no volver a leerlo para no revivir recuerdos que sonaran ahora amargos.

Carla subió al escenario cuando la directora la llamó, tras entregarle su diploma y hacerse una foto juntas fue mi momento de subir, mi nombre retumbó en mis oídos y deseé que no fuera el jefe de estudios quien lo pronunciase. No era por presumir pero ese día iba preciosa, no podía ir a mi graduación de vaqueros y camiseta corta, incluso mi madre me había maquillado y a mi me gustó el resultado final. No tenía práctica andando con tacones así que cuidé de no tropezarme en el camino, la directora me entregó el diploma mientras el público estallaba en aplausos.

—Felicidades, Layla —dijo, sonriente.

Agradecí de forma breve y barrí el lugar con la mirada, mi madre estaba abanicándose el rostro con las manos para no llorar mientras que mi padre me miraba con esa clara expresión de orgullo en el rostro.

Lujuriosos PensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora