Capítulo 35

940 89 10
                                    

Entre las cosas para Bigotes, llenar la nevera para comer, y algún que otro capricho que me he dado, me he gastado mi primer sueldo y no he ahorrado ni un euro...

La finalidad de trabajar era conseguir dinero para poder alquilar un piso con Yon, pero Bigotes se ha interpuesto en mi camino. De pronto, como si me leyera la mente, Bigotes se frota contra mi pierna y maúlla, llamando así mi atención.

—¿Tienes hambre?

Por suerte, Bigotes se autogestiona la comida, por lo que únicamente le he de rellenar el comedero por la mañana y él se ocupa de que le dure 24h.

—Buenos días, enana —Yon me abraza por detrás, sacándome una sonrisa—. Hola, gordito —saluda a Bigotes, que le contesta con un maullido.

—¿Por qué siempre te contesta? Conmigo no lo hace —digo desilusionada.

Yon se encoge de hombros, me da un beso, y empieza a preparar dos cafés.

—¿Hoy quieres sacarina o azúcar?

—Sacarina —contesto mientras acaricio a Bigotes—. Miau.

Bigotes me mira pero no hace ni el intento de devolver el maullido, Yon intenta no reírse, y yo hago un puchero.

Esos dos tienen una complicidad que yo no consigo tener, y aunque siempre protesto, en el fondo me encanta que se lleven tan bien.

—¿Te apetece comer fuera?

Niego con la cabeza mientras acabo de dar un primer sorbo al café.

—¡Tengo que ahorrar!

—Tampoco te obsesiones...

—¡Hasta el mes que viene no hay más lujos!

Yon se ríe.

—¿Comer fuera es un lujo?

—Un lujo que ahora mismo tu novia no puede permitirse. Yon, tengo que confesarte que soy pobre.

—Y un poco dramática también, ¿no?

Sí, pero no voy a confesarlo.

Mi hermano se ha ido a pasar el fin de semana a casa de mis padres, Javi está de viaje romántico con Alba, y Ana tiene que entregar el lunes un trabajo bastante largo que ayer no había ni empezado; así que Yon y yo decidimos pasar la tarde en casa, con Bigotes.

—¿Estás lista?

—Casi —justo suena el microondas—. Ahora sí —me siento de nuevo en el sofá, ahora con un bol de palomitas.

Vamos a hacer una maratón de las películas de Marvel. Empezamos hoy, y no veremos ninguna otra película, que no sea de la saga de Marvel, hasta finalizarla por completo.

Miro de reojo a Yon.

—¿Era necesario ponerse la camiseta de Ironman?

No contesta, simplemente alza las cejas, como si la respuesta fuera obvia.

Durante la tarde nos da tiempo de ver las dos primeras películas, de las cuales yo no había visto la segunda. Hacemos un pequeño parón y preparamos yakisoba para cenar. En cuanto la cena está lista, ponemos la tercera película, y no nos vamos a dormir hasta que finaliza la cuarta.

El domingo por la mañana, Bigotes prevé que será un día similar al de ayer, por lo que no deja de traernos juguetes para que le hagamos caso. Jugamos con él toda la mañana, incluso le dejamos salir al balcón a inspeccionar; ahí descubrimos que es una maruja atrapada en el cuerpo de un gato. ¡No pierde de vista a cualquier persona o animal que pasa cerca de nuestra calle! ¡Y en cuanto escucha un ruido, sale corriendo a ver qué ha pasado!

Decidimos preparar salmón al horno con patatas y cebolla de guarnición.

Aprovechamos que Bigotes se queda profundamente dormido tras la comida, para seguir con nuestro maratón de películas, que tras la sexta se convierte en un maratón de besos y mimos entre nosotros, al menos hasta que Bigotes despierta y empieza a maullar para llamar nuestra atención...

Secuelas de tu ausenciaWhere stories live. Discover now