Cassandra Quinn tenía un plan de tres fases.
Uno, pasar sus exámenes.
Dos, graduarse de Yale con un título en derecho.
Tres, mudarse a Nueva York y trabajar como abogada.
Ese era su plan. Lo tenía todo planeado desde sus 10 años.
Pero eso fue an...
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—¡Hola, muñeca!
Me di la vuelta en las calles de Stars Hollow para ver a Babette saludándome con Morey a su lado. Parecían Ashton Kutcher y Mila Kunis juntos. Uno bajo, uno alto.
Les doy a ambos una pequeña sonrisa mientras detengo mi camino hacia Luke's. —Hola— saludo cuando se acercan a mí.
Babette me sonríe, su mano entrelazada con la de Morey. —Es bueno tenerte de regreso. Mientras no estabas, alguien más vino a la ciudad— Ella explica siempre rápida para entrar en los chismes.
Eso es lo que pasa con los pueblos pequeños, ni les dije que me había ido. Sin embargo, todavía lograron averiguarlo. Si alguna vez has oído hablar de la privacidad, puedes olvidarla si vives en Stars Hollow.
—¿Quién vino a la ciudad?
Babette miró el restaurante que estaba a unas cuadras de nosotros. —¿Vas a Luke's?— Ella pregunta mientras yo asiento. —Entonces lo descubrirás allí—. Nos despedimos antes de regresar a mi destino.
El timbre sonó cuando entré en el restaurante de Luke. El lugar olía a café recién hecho y panqueques. Miré a mi alrededor y vi que Rory y Lorelai estaban en el mostrador hablando con Luke.
—Por última vez, no les daré más café a ustedes dos—dijo Luke con cuidado, como si estuviera hablando con un niño de seis años.
Lorelai y Rory fruncieron los labios con ojos tristes mirando a Luke, que estaba parado detrás del mostrador con una taza de café en la mano. El rostro de Luke parecía estar hecho de piedra, pero luego se derrumbó.
Luke suspiró y les sirvió una taza de café a cada uno.—Si ustedes mueren a los cincuenta, no es mi culpa— les advirtió. Me acerqué a ellos y me senté junto a Rory.
—Oh, no planeamos vivir tanto... —comenzó Lorelai pero fue interrumpida por su hija.
—¡Cassie!— Rory exclamó antes de envolverme en un abrazo.
—Oh, genial, otra adicta al café— murmuró Luke sarcásticamente antes de irse a buscarme una taza.
—Hola cariño, ¿Cómo estuvo tu viaje?— preguntó Lorelai antes de abrazarme.
Lorelai se refería a mi viaje de regreso a Londres para visitar a mis parientes con mi familia. —¡Fue grandioso!— Dije diciéndoles a las dos Gilmore.
—¿Cuándo volviste?— inquirió Rory.
—Regresamos ayer alrededor de las cuatro, creo.
Luke volvió con una taza de café caliente y la colocó frente a mí. —Es bueno tenerte de vuelta, niña— dijo Luke con una sonrisa amable antes de alborotarme el cabello con la mano. —Me vendría bien un poco de ayuda extra por aquí—. Agregó antes de irse para complacer a algunos clientes.
—¿Qué pasa con Jess?— preguntó Rory, pero Luke ya se había ido.
—¿Quién?— Interrogué a Lorelai y Rory.
—Es el sobrino de Luke, se acaba de mudar aquí hace dos días. Su mamá lo envió aquí— explicó Rory mientras sorbía su café. Así que él debe ser de quien Babette estaba hablando. No entiendo por qué no me lo dijo en ese momento.
Lorelai puso los ojos en blanco ante la mención de Jess. —Me pregunto por qué—comentó.
Estudié cómo los labios de Lorelai se presionaban en una fina línea. —¿Supongo que no le tenia cariño?— Rory se encogió de hombros.
De repente, el sonido de pasos pesados se escuchó desde las escaleras detrás de la cocina. Un chico de mi edad con cabello oscuro y ojos color chocolate salió al restaurante con una chaqueta de cuero y un libro en la mano. Se veía bien, no voy a mentir, pero también se veía como si quisiera estar en cualquier lugar menos aquí.
—¡Jess!— Luke llamó al chico hacia nosotros. Así que este era Jess. Caminó hacia detrás del mostrador para pararse con Luke. Jess se paró junto a Luke y sacó un libro de su bolsillo trasero. 'Conozco ese libro' pensé para mis adentros.
—Jess Mariano, esta es Cassandra—. dijo Luke con ansiedad como si estuviera esperando que Jess arrojara la tostadora al otro lado de la habitación. Tras un examen más detenido, me di cuenta de que llevaba exactamente la misma chaqueta que yo. Es bueno saber que tiene buen gusto.
Jess, que había comenzado a leer su libro, levantó la vista para encontrarme con los ojos. —Hola— simplemente saludó antes de volver a su libro. Bueno, no parece muy amistoso.
—Matar a un ruiseñor es uno de mis libros favoritos— observé con una expresión en blanco, esperando su reacción.
—¿Qué?— preguntó Jess, claramente sorprendido por lo que dije. Se enderezó y ladeó la cabeza hacia un lado.
—Ese es uno de mis libros favoritos—repetí, señalando el libro en sus manos.
Jess puso su libro en su bolsillo trasero mirándome, cuando sus ojos se posaron en mi chaqueta, las comisuras de su boca se torcieron.
—¿Cómo dijiste que te llamabas?— Cuestionó con una sonrisa en su rostro. Tratando de hacerlo bien, ya veo.
Le dediqué una sonrisa. —Casandra Quinn—. Revelé, extendiendo mi mano.
Jess tomó mi mano con cuidado y la estrechó. —Bueno, te veré por ahí, Quinn— dice con un pequeño asentimiento antes de salir del restaurante.
—Eso fue lo más amable que ha sido con una persona desde que llegó aquí— dijo Luke, quien olvidé que estaba aquí, con una mirada de desconcierto en su rostro.
—Sí— estuvo de acuerdo Lorelai mientras terminaba su café.
—Bueno, si te sirve de consuelo— empiezo mientras todos desvían la mirada hacia mí. —No parecía tan malo.
Lorelai se burló: —Hizo una muy buena audición para Breakfast Club el otro día. Sí, es un verdadero John Bender.
—Ignórala— me susurró Rory. —Ella es tan amarga como el café.
—¡Oye! ¡Sabes que mi café es dulce!— Lorelai bromeó.
Luke volvió con la jarra de café para volver a llenar la taza de Lorelai. —Odio decírtelo, pero tu madre tiene razón— Él dice.
—¡Ja!— Lorelai dice triunfalmente.
—Una vez la vi poner tres paquetes de azúcar. ¡Tres!— Luke recuerda.— ¿Cómo haces eso?
Lorelai le envía una sonrisa agradecida por el acuerdo. —No es para los débiles de corazón.
