Cassandra Quinn tenía un plan de tres fases.
Uno, pasar sus exámenes.
Dos, graduarse de Yale con un título en derecho.
Tres, mudarse a Nueva York y trabajar como abogada.
Ese era su plan. Lo tenía todo planeado desde sus 10 años.
Pero eso fue an...
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El golpe en la puerta me sacó de mi sueño tranquilo en el sofá. Miré a mi alrededor, con la esperanza de ver a mi madre en casa, pero no estaba. Me había quedado dormida mientras veía una película. A pesar de que solo eran las doce de la tarde ya tenía sueño. Tal vez si los ignoraba, la persona en la puerta se iría.
Otro golpe resonó en la casa, haciéndome gemir. Me levanto y me bajo el suéter. Me estiro un poco antes de dirigirme a abrir la puerta. Mi mente todavía estaba un poco confusa por mi sueño, así que pensé que Luke era una alucinación cuando abrí la puerta. Rara vez venía a nuestra casa a menos que fuera importante.
—Luke, hola—. Me froto los ojos con sueño. —¿Trabajo hoy?
Se quedó allí de pie torpemente con las manos cruzadas frente a él. Su sombrero de béisbol habitual estaba en su cabeza y vestía una chaqueta verde oscuro.
Sacudió la cabeza mientras me respondía. —Um, no, solo quería preguntarte algo.
—Está bien, ¿por qué no entras?— Lo invito a pasar recordando mi hospitalidad.
Ambos nos quedamos en la sala de estar. Luke miró a su alrededor con nerviosismo como si estuviera esperando a que apareciera un payaso. —Mi madre no está en casa, fue a la tienda.
—Sí, la vi antes. De hecho, quería hablar contigo— explica mientras asiente.
—¿Qué necesitas?
Luke movió los pies. —Se trata de Jess.
Inclino la cabeza ante la mención de él. —¿El está bien?
Agitó la mano para decir que no había nada de qué preocuparse. —Él está bien. Pero no en la escuela. Solo necesito que alguien lo enseñe.
—¿Y viniste a mí por qué?
—Bueno, ya que te está yendo bien en la escuela y tú y Jess son amigos, pensé que podrías ser su tutora.— Luke me dice esperando que esté de acuerdo.
—Ayudaría, pero no creo que escuche—le dije.
Lucas suspira. —Entre tú, yo y un maestro real, creo que ambos sabemos a quién es más probable que escuche.
Pienso en mis opciones en mi cabeza. Luke tenía razón, con mi ayuda Jess tal vez podría aprender algo. Pero no creo que sea tan buena maestra. De acuerdo, le enseñé a mi madre algo de buena música, pero no creo que sea lo mismo que enseñarle a alguien a hacer trigonometría.
Pero, ¿Qué podría salir mal? En el peor de los casos, no aprendería mucho y aun así pasamos algún tiempo juntos. En el mejor de los casos, en realidad le va bien en la escuela.
—Está bien— comienzo cuando Luke sonríe ante mi acuerdo.—¿Cuándo comenzamos?
