Cassandra Quinn tenía un plan de tres fases.
Uno, pasar sus exámenes.
Dos, graduarse de Yale con un título en derecho.
Tres, mudarse a Nueva York y trabajar como abogada.
Ese era su plan. Lo tenía todo planeado desde sus 10 años.
Pero eso fue an...
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El sonido del álbum 'Enema of The State' de Blink-182 proporcionó una banda sonora reconfortante para mis horribles notas de historia que estaba revisando actualmente. Por lo general, elegiría estudiar física tan tarde en la noche, pero dado que tenía un examen sorpresa el lunes, la física se llevó la bota.
Murmurando la letra de 'Adams Song', escuché lo que sonaba débilmente como piedras golpeando contra mi ventana. Descartándolo como un ruido de fondo de la música, sigo estudiando mis notas.
Sin embargo, cuando el sonido se volvió más fuerte y continuo, decidí que tal vez me estaba volviendo loca. No obstante, decidí comprobar si realmente había alguien allí.
Caminando hacia mi reproductor de CD y bajando el volumen, pude ver claramente que estaban arrojando piedras a mi ventana. Cuando abrí la ventana, evité por poco una piedra en la cabeza mientras me agachaba.
—¡Lo siento!— Escuché una llamada de voz familiar desde abajo.
Saqué la cabeza por la ventana para ver a Jess de pie debajo con un puñado de rocas. Parecía que llevaba una chaqueta verde oscuro que, desde aquí arriba, parecía una gran mancha borrosa de color verde.
—¿Qué estás haciendo?— Digo lo más bajo que puedo, con cuidado de no despertar a mi madre tan tarde en la noche.
Jess agarró la escalera que estaba apoyada contra la casa y la apoyó debajo de mi ventana. —¡Voy a subir!— Él advirtió.
Retrocedí un paso al escuchar su ruidoso trepar mientras subía la escalera. Cuando entró y se sentó en el alféizar de la ventana, lo fulminé con la mirada. —¿Estás tratando de despertar a mi mamá?
Saltó del alféizar de la ventana y echó un vistazo alrededor de mi habitación. —Cálmate, ¿quieres? Ella no me escuchó—dice con los ojos mirando los diversos carteles de bandas y películas en la pared de mi habitación.
Me muevo para sentarme en mi silla en el escritorio para dejarlo vagar por la habitación un poco. —¿Backstreet Boys?— pregunta inquisitivamente, señalando el póster sobre mi cama individual.
—¡Oye!— exclamo en protesta. —Quiero que sepas que su música no es tan mala.
Jess se encoge de hombros mientras revisa mi colección de discos compactos. —Simplemente no te identifiqué como alguien a quien le gustan los Backstreet Boys y Blink-182. Están muy separados en la escala musical.
—Lo dice el tipo que cantó Destiny's Child el otro día— comenté.
Me señala con el dedo acusadoramente. —Eso fue una vez.
Me levanto de la cama para pararme a su lado. Lo empujo a un lado juguetonamente causando que se ría un poco. Mis dedos rebuscaron entre los muchos CD que tenía hasta que encontré el que estaba buscando.
