Cassandra Quinn tenía un plan de tres fases.
Uno, pasar sus exámenes.
Dos, graduarse de Yale con un título en derecho.
Tres, mudarse a Nueva York y trabajar como abogada.
Ese era su plan. Lo tenía todo planeado desde sus 10 años.
Pero eso fue an...
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Jess
Bajó las escaleras y entró en la habitación llena de gente. Todo el lugar apestaba a alcohol y sudor mientras intentaba localizar sus abrigos para poder irse. Solo quería salir de aquí y tal vez ver una película con ella. No estaba mintiendo cuando dijo que no le gustaba la mayoría de la gente.
Cuando finalmente notó sus abrigos desechados en un sofá vacío, se dirigió hacia allí solo para ser detenido por el mismo Frankenstein.
Jess suspiró molesto antes de inclinar la cabeza para mirar a Dean. Si había algo que odiaba más que su estúpido cabello era su alta estatura. Dean tenía el ceño fruncido mientras miraba a Jess.
—Oye, Megatron. ¿Te importaría moverte?— Jess preguntó sarcásticamente antes de esquivar a Dean para llegar a los abrigos.
Dean no dijo nada, solo se movió para pararse frente a Jess de nuevo. —Caray, ¿alguien desconectó el enchufe?— Comentó por su mal humor. Este tipo solo estaba molestando a Jess más de lo que ya estaba.
—Sabes, eres un idiota—, finalmente habló Dean después de su intensa mirada.
Asintió con la cabeza sarcásticamente. —Encantado de charlar contigo—, dijo Jess por encima del hombro mientras se daba la vuelta para volver a subir las escaleras. Si fuera por él, habría derrotado a Dean en ese mismo momento, pero sabía que a Cassie no le gustaría eso, así que se detuvo.
Sintiendo una mano áspera agarrar su hombro, Jess rápidamente la sacudió antes de darse la vuelta. —¿Cuál es tu problema?— Preguntó enojado atrayendo algunas miradas de las personas que lo rodeaban.
—Tú— respondió Dean acaloradamente.—Tú eres mi problema.
—¿Por qué? ¿Por qué soy mejor chico que tú?— preguntó Jess, agregando combustible al fuego que era la ira de Dean.
Dean negó con la cabeza con aire de suficiencia y miró a Jess. —Por lo que le estás haciendo a Cassie—. Le dijo en tono acusador.
Bien, ahora realmente quería golpear a Dean. Quería escuchar el repugnante chasquido de su nariz cuando el puño de Jess lo golpeó. Dean puede ser más alto que él, pero no sabía cómo pelear como él. No tenía años de experiencia.
En cambio, todo lo que hizo fue apretar la mandíbula con fuerza. —A menos que sea Drácula y le esté chupando la sangre, no le estoy haciendo nada malo.
—Supongo que no te contó sobre nuestra pequeña conversación anterior—, dijo Dean con arrogancia mientras observaba cómo el rostro de Jess se volvía confuso.
Jess no creía que Dean estuviera diciendo la verdad ya que Cassie no le dijo nada en absoluto. Pero eso explicaría por qué Jess lo atrapó mirándolos a los dos toda la noche.
