Cassandra Quinn tenía un plan de tres fases.
Uno, pasar sus exámenes.
Dos, graduarse de Yale con un título en derecho.
Tres, mudarse a Nueva York y trabajar como abogada.
Ese era su plan. Lo tenía todo planeado desde sus 10 años.
Pero eso fue an...
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Las Gilmore y Quinn intentan tener una noche de cine juntos al menos una vez a la semana. Por lo general, estarían en The Crap Shack, pero esta noche era una excepción por el hecho de que María había comprado una nueva película para esta noche. Ella no revelaría qué era hasta que todos estuvieran listos para mirar.
—Esta noche, damas y damas—, anunció mi madre mientras se paraba frente al sofá, frente a nosotros tres.
Lorelai se sentó en el sofá con las piernas apoyadas en el otro extremo. Rory y yo nos sentamos en el suelo con la espalda contra el sofá. Había un tazón de palomitas de maíz en el regazo de Lorelai mientras su hija ocasionalmente metía la mano para tomar un puñado. Las luces estaban atenuadas y la televisión no mostraba nada más que la estática habitual que obtendrías cuando no hay nada en la televisión.
Mi madre tenía las manos detrás de la espalda, escondiendo el cd de nosotros mientras hablaba. —Como todos ustedes, saben que esta noche es muy tentadora...
—¡Manos a la obra!— Lorelai abucheó mientras arrojaba unas palomitas de maíz a la cara de mi madre. —¡Solo dinos qué es!
Enviando una mirada en su dirección, mi madre continúa. —Como estaba diciendo antes de que me interrumpieran tan groseramente— envió una mirada fulminante a Lorelai. Que recurrió a tirarle más palomitas de maíz a mi mamá mientras ella sacaba la lengua.
—Niñas—, dijo Rory como si fuera la señora Doubtfire. —Jueguen bien—, les dio a los dos una mirada mordaz. La mayor parte del tiempo, Rory actuaba como si fuera la madre que cuidaba a tres niños pequeños demasiado grandes.
—Sí, y no desperdicien comida—. Recogí algunas palomitas de maíz que cayeron cerca de mí antes de metérmelas en la boca.
Mi madre enderezó su postura y comenzó a hablar de nuevo. —La elección de la película de hoy es una que les llenará de muchas emociones y...
—¡Apresúrate!— Lorelai gimió mientras su brazo colgaba del sofá diez. —¡Nos morimos!
—¡Cállate!— Mi madre la reprendió. Volvió a su anuncio original. —Es un buen trabajo que...
Lorelai recogió una almohada del suelo que descansaba a mi lado antes de arrojársela a la cara de mi madre. Ella se tambaleó hacia atrás, tratando de recuperar el equilibrio. —Todo lo que escucho es bla, bla, bla— comentó mientras mi madre se sonrojaba.
Recogió la almohada antes de arrojársela a Lorelai con toda su fuerza, fallando por poco el tazón de palomitas de maíz. —¡Bien! ¡Es El Rey León!— Se dio por vencida antes de mostrarnos todo el cd a sus espaldas. Encendió la televisión y agarró el control remoto.
Mientras preparaba todo, le susurré a Lorelai en voz baja. —Gracias—, susurro en agradecimiento porque mi madre no tuvo que seguir y seguir. A veces se pasó un poco de la raya.
