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Cierto temor se asomo por su mirada mientras pasaba saliva por su garganta sonoramente. Tardo unos segundos antes de responderme, como si dudará de cual respuesta darme. Yo mantuve mi sonrisa afianzada a mi rostro, mentalizando los posibles escenarios qué habría frente a mí.

-Si.- dijo aun dudosa.

-Buena respuesta.- dije con ahínco, ya que me ahorraba un poco de tiempo en mi explicación y demostración.- ¿Y qué piensas de ella?.- le dije acercándome amenazante a su espacio personal, ciertamente mi altura ya era lo suficientemente intimidante así que coloque mis antebrazos a mí espalda para enviar un mensaje corporal.

-Pienso qué es una ayuda extra para quienes la dominan.- dijo ambigüamente, evadiendo mi pregunta original, eso logró hacerme reír a carcajadas.

-¡excelente, querida!.- dije apremiendola por su astuta respuesta.- Para responder a tu pregunta debo asegurarme que tengas información de antemano, además no me atrevería a guardarle secretos a mi preciosa futura esposa.- dije mientras tomaba su mano y la besaba delicadamente.

-Gracias.- dijo con una pequeña sonrisa nerviosa.

-Toma asiento, querida, debo mostrarte algo.- la guíe de la mano de vuelta al sillón y que tomara un lugar. Para mí sorpresa ella no me quitaba los ojos de encima y por un segundo, sus ojos analizaban cada gesto y movimiento qué yo hacia, ella sospechaba qué algo no estaba del todo bien, "y tiene toda la razón" me dije a mi mismo.

Una vez sentada, di unos cuantos pasos hacia atrás mientras doblaba las mangas de mi camisa a la altura de los codos, dejando respirar la piel de mis brazos, los nervios de su reacción elevaban mi ritmo cardíaco. Me giré hacia ella y clave mis ojos en los suyos, era el momento de aventurarme qué destino tomaría ella en mi vida, al levantar mi mano y dar un chasquido con los dedos llamé a mí sombra. Ese sería el primer y más inofensivo paso para alguien como ella. Si no podía aceptarlo entonces..... ya vería qué hacer después.

Esperé pacientemente, sentí como mi sombra se posaba detrás mío. Al ver como el rostro de ________ se transformaba a terror y pánico, me dio a entender que si veía lo que tenía enfrente. Con sus ojos abiertos como platos, su boca abierta pero sin emitir sonido y su cuerpo temblando como si la temperatura fuera de 0°, me recordaban a la época en la que mis víctimas hacían la misma expresión de horror cuando las acorralaba.

-A..A..Al...A.- intentaba decir algo pero no lograba articular palabra.

-¿Si, cariño?.- la mire fingiendo sorpresa y confusión.- Oh, ¿esto?.- miré sobre mi hombro cuando mi compañero colocó una garra en él.- permiteme presentarte a mi....- no había logrado terminar mi frase cuando sus ojos se pusieron en blanco y procedió a perder el conocimiento.

Mi sombra la detuvo antes de que cayera de frente desde el sillón. Yo solo suspiré y me acerqué a ella para tomarla en mis brazos.

-¡vaya buena primera impresión amigo, la cautivaste!.- bromee con mi sombra, él revoloteo por el cuarto burlándose.

La lleve directo al cuarto para acostarla en la cama lo más delicado posible. No quería despertarla después de la impactante noticia que tiene ahora en sus pensamientos. Le di la orden a mí sombra de quedarse en la habitación para vigilarla y avisarme cuando despertará, mientras yo me dirigía a la cocina para comer algo que si tuviera sabor y poder recobrar la energía pérdida durante estos últimos días.

Ya estaba terminando de comer tranquilamente, cuando escuché una pisada sobre la duela e inmediatamente sentí como mi sombra intentaba enlazarse conmigo. Ha despertado. Limpié con magia todo hasta dejarlo impecable y me apresure a la puerta de su habitación. Podía sentir la insistencia de mi sombra molestando, "como si no supiera que ya despertó" dije para mis adentros. Esperé tranquilo frente al marco de la puerta, ansioso que algo pasará. Admito qué me sorprendió que me llamará desde el otro lado de la puerta.

La ÚltimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora