5_

4.9K 575 374
                                    

Cuando la velada terminó ya era tarde, nos dirigimos al auto y mientras Alastor abrió la puerta, busqué en mi bolso un pañuelo y me acerqué a él. Se hecho hacia atrás conforme mi pañuelo se acercaba a su mejilla.

-Alastor, déjame limpiar el labial.- dije quejandome pero sonriendo.

-Querida, ¿qué te hace pensar que me molesta exhibirlo?.- posó acentuando los labios rojos en su piel - Además es un trofeo de la impresión que me he llevado hoy contigo, no eres nada predecible, algo traviesa debo añadir, pero esa picardía me atrae más de lo debido, ¿crees poder hacerlo doble?.- giro su cara para mostrar su otra mejilla limpia.

-No juegues.- dije riendo y me deslice dentro del auto.

El subió por su lado y nos dirigimos a mi departamento. En el camino me pregunto por la cena, el baile y las personas, a lo cual yo respondía con total normalidad, la cena fue buena, el baile espectacular y las personas algo entrometida pero buenas.

-Oh mi bella _____, la gente se aburre muy rápido hoy en día y buscan entretenimiento a como de lugar, los chismes es lo único que disfrutan recientemente.- dijo burlándose de su propio comentario.

-Tienes razón, lo único que pasa en esta ciudad que todo el mundo sabe son las desapariciones de personas, ¿tú que opinas de eso? ¿No te aterra que alguien te secuestre de la nada y desaparezca toda evidencia de ti?.- me comencé a inquietar por ese pensamiento y mire en todas direcciones para asegurarme que nadie nos siguiera, la paranoia me inundó.

-Cielos,linda!. Debes tranquilizarte, nadie alla fuera te hará daño mientras estés conmigo.- extendio su mano para tomar la mía, eso me dio seguridad.

Llegamos a la fachada de mi departamento, Alastor estacionó el auto y bajo para abrir la puerta por mi, tomó mi mano para ayudarme a bajar. Mi checklist estaba completa casi a la mitad, debía continuar.

-Alastor, tienes una imperfección en tu rostro, ¿puedes acercarte para removerlo?- dije levantando mi mano y él se inclinó un poco hasta estar a mi alcance con los ojos cerrados.

Coloque mis dedos en su quijada bajo su oreja, admire su rostro antes de acercarme y poner mis labios junto a los suyos por un segundo, sus labios estaban fríos. Abrió los ojos con sorpresa y se llevó dos dedos a la boca.

-Vaya señorita _____, no dejará de sorprenderme ¿no es así?.- dijo sonriendo y acercándose a mi.

-Espero disculpes mi atrevimiento pero fue venganza de la primera vez.- dije sonriendo.

-Crei que esa vez ya había tomado su revancha con el segundo beso, pero si esto será una guerra no debo bajar la guardia y contraatacar, como buen general que soy.- dijo mientras recargaba su antebrazo en el marco de la puerta, acorralandome.

-¡Espera!.- dije mientras lo empujaba hacia atrás un poco, para tomar aire y controlarme. - ¿N..No p..pre..prefieres entrar a tomar un poco de té?.- dije tartamudeando por los nervios.

-Por supuesto! Eso me encantaría, asegurare el auto, permíteme.- dijo alejándose hacia el auto.

Mientras yo sacaba las llaves y abría la puerta. Pasamos al recibidor y colgamos nuestras pertenencias en el perchero para dirigirnos a la sala. Mientras el tomaba asiento en el sofá, me acerqué a la cocina para poner a hervir el agua, una vez hecho esto me dirigí a sentarme a su lado.
Todavía no terminaba de acomodarme en el sofá cuando Alastor tomo mi rostro para besarme sin advertencia alguna.

Inicio como un beso tierno, despacio, tomandose su tiempo pero su respiración comenzó a acelerarse así como el tempo del movimiento entre cada beso. Sus labios se movían con los míos cada vez más apasionadamente, sentía que me faltaba el aire pero no quería separarme de él, rodee su cuello con mis brazos para acercarlo aún más a mí, pude sentir sus manos deslizándose desde mis hombros hasta mis espalda baja y sentí como presionaba para pegar mi torso al suyo.
Mi sentido del tacto y gusto estaba tan agudizados, el calor de su cuerpo emanando hacia mi por sus manos, pecho y labios, el pequeño rosé de su lengua con la mía junto a nuestras respiraciones entrecortadas.

Todo este magnífico cúmulo de sensaciones interrumpidos por el chillido del agua hirviendo en la olla de la cocina.

-A...Al...esp...espe...- intentaba alejarme de sus labios para hablar pero el movió su mano a la parte trasera de mi cabeza impidiendome retroceder y poder hablar bien.

-No.- dijo el rápidamente antes de volver a besarme.

Decidí usar su estrategia en su contra; con el casi encima de mi, me incorporé un poco, empuje mi peso sobre él para derrumbarlo sobre los colchones del sofá, ambos habíamos abierto los ojos ante tal maniobra. Yo reí por lo bajo cuando él se detuvo de besarme y me alejé un poco colocando mis manos sobre su pecho para elevarme sobre él.

-Señorita _____, así no es como se trata a un caballero, si piensa seducirme debe pedirmelo con amabilidad.- sonrió el muy pícaro y dijo poniendo sus manos sobre las mías en su pecho - Y si juega bien sus cartas yo podría acceder.- sentia toda la sangre en mi cara y un calor emanando de todo mi cuerpo, parecía una posición apropiada para cometer actos indebidos sin estar en una relación o fuera del matrimonio, pero debía admitir que el era perfectodesde cualquier ángulo y las ansias de sobrepasar los límites con el no era para nada escasas.

Me incorporé sin decir nada, apenada por mis pensamientos, y corrí a la cocina; preparé 2 tazas de té y serví el agua hirviendo. Cuando volví encontré a Alastor observandome cuidadosamente mientras salía de la cocina.

-Querida mía. - dijo con voz grave y seductora - debes tener mucho valor para completar la osadía de dejarme esperando así después de ese encuentro tan caluroso.- dijo sonriendo con el mentón recargando en su mano.

-Lo siento mucho, si no parába la olla explotaría.- me disculpe y le entregue una taza - ten cuidado puede estar muy caliente.- me deslice frente a el y me senté a su lado.

-No, yo lo siento, querida. ¿Podrías permitirme usar tu lavamanos?, necesito refrescarme un poco antes de hingerir algo caliente.- dijo haciendo un ademán en que su mano era un abanico.

Nos levantamos y le mostré la puerta hacia el baño. Yo también tenía mucho calor, mi temperatura no bajaba, debía calmarme ya que si quería confesar mis sentimientos no me gustaría quedar en ridículo. Pasaron unos minutos y Alastor volvió del baño para sentarse a mi lado y darle un sorbo a su té.

-Alastor, hay algo que me gustaría saber.- empecé a girar la taza en mis manos, estaba muy nerviosa, no sabia como expresarle mis sentimientos -¿Qué piensas cuando estás conmigo?- debía asegurarme cuales eran sus sentimientos primero.

-My sweetheart, eso es fácil, pienso como hacerte sonreír ya que tienes una magnífica sonrisa y tu presencia me llena de júbilo.- tocó con su dedo índice la punta de mi nariz por un segundo.

-Pero entonces, ¿te gustaría verme sonreír todo el tiempo y te gustaría estar cerca de mi?.-

-Esa es la idea.- dijo dándole un sorbo a su té.

-En ese caso, tendríamos que estar mucho tiempo juntos.- indague para llevarlo a la trampa.

-En efecto, querida, 24/7 seria lo idóneo.-

-Entonces ¿estás diciendo que quieres pasar el resto de tu tiempo conmigo?.-

En ese instante Alastor captó mi sintonía y sus ojos se abrieron como platos, dejo de sonreír y su boca se abrió un poco, se levantó del sofá en un estruendo, comenzó a decir palabras que se volvían sin sentido por la rapidez en la que pronunciaba, se dirigió a tomar sus cosas en la entrada a paso veloz y salió por la puerta, dejándome de pie frente al sillón sin nada. Ni una respuesta concreta, ni un rechazo tajante, ni la negativa de que era un pasatiempo más, pero con la afirmación rotunda de mi primer corazón roto.

La ÚltimaWhere stories live. Discover now