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Estaba muy decidida a buscarlo y exigir una respuesta, pero debía calmarme primero. Tenia muchas emociones revoloteando mis pensamientos, y no quisiera arruinar más las cosas con un impulso de comentarios sin sentido.

Ya tranquila me acerqué a la puerta y la cerré lentamente con la esperanza de verlo afuera, pero no fue así. Suspiré pesadamente y me dirigí a mi habitación, no quería pensar en nada por lo que me dediqué a cambiar mi ropa, lavarme la cara y prepararme para dormir, mientras qué el domingo transcurrió desapercibido por mi.

La mañana siguiente me sentía muy desanimada y la gente en la oficina lo notó, comentarios como ¿estás bien? ¿qué te pasó? Te ves horrible, me abordaron en el poco tiempo que me tomó agarrar las llaves y la ruta de entrega. Una vez en el auto deje que el silencio me abrazara y me sumí en mis pensamientos durante todo el día, el Garden District no me llenaba de felicidad, sus bellas y enormes casas con los abundantes colores de las plantas adornandolas no me causaban voltear a admirarlas en ningún momento y así siguieron mis ojos clavados en el asfalto todo el trayecto. No hablar con nadie del asunto comenzó a irritarme, por que ¿qué fue lo que pasó con él? ¿Acaso soy tan mal partido como para huir despavorido así?. Al llegar a casa con el mismo ánimo de la mañana me dispuse a buscar consejo y apoyo de quien siempre estaba ahí para mi, mi madre. Tomé el teléfono y giré la rueda de éste con cada número, esperando la conexión ansiosamente pude escuchar la voz de mi madre al otro lado de la bocina con su tono tranquilo.

-¿Hola?.- dijo monótona

-Hola Mamá, soy yo, tengo algo que contarte.- dije con las voz casi entre cortada

Aunque me tomó un tiempo poder contarle todo lo que había pasado, omitiendo ciertos detalles por obvias razones, ella escuchó todo sin perderse y al yo terminar ella ya estaba lista para su réplica.

-Ay mi cielo, lamento que te ocurriera eso.- dijo con voz maternal,casi podía sentirla acariciando mi cabello.- pero debes tomar en cuenta que llevan muy poco tiempo de conocerse, tal vez debas esperar un poco de tiempo en lo que el miedo y la angustia salgan de sus cuerpos para hablar del tema, por lo que me cuentas parece un caballero con buenos modales, algo debió ocurrir para que tenga esa reacción. Pero también debe entender que es muy mal visto que no se dé una respuesta concreta a este tipo de asuntos, así que esperar un tiempo y hablar de frente seria mi consejo para ti.- la seguridad de sus palabras me dio ánimos.

Ella tenía razón, si de verdad yo no le hubiera agradado en primera instancia debió rechazarme desde la primera vez que nos conocimos. Así que todo lo que pasó en aquel momento no tenía sentido.

-tienes razón, mamá, pero ¿tú crees que sea porque yo no le agrade del todo?.- pregunte lo más neutral posible pero sabía que ella sentiría la tristeza de mis palabras.

-No, linda, claro que no es por eso, estoy más que segura que le agradas, además, ¿quien no se fijaría en una chica tan linda como tú?.- dijo riendo

- eso dicen todas las mamás de sus hijos.- dije burlándome

-¿Me estas diciendo que todos los chicos que profesaron sus sentimientos a la puerta de la casa eran ciegos? Por supuesto que no, querida, por lo que a mi respecta eres inteligente, valiente, hermosa, amable y todo lo bueno del mundo, cualquier hombre mataría por ti.- ella siempre sabía como hacerme sentir bien .- A todo esto querida, creo que será mejor mantener todo esto en secreto de tu padre, ya sabes como le gusta saber hasta el más mínimo detalle de todo aquel que te pretende y no creo que le agrade la idea de que a su niñita la estén haciendo sufrir, ¿te parece bien el plan?.- por algo papá la había desposado.

-Claro que si, mamá, eres la mejor, te quiero mucho, me saludas a los abuelos y a papá.- dije y procedí a despedirme de ella y colgar el teléfono.

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