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Entre lágrimas y sollozos intenté acercarme a la ambulancia sin éxito alguno ya que avanzaron a gran velocidad sin darme oportunidad de llegar a la puerta trasera.

Me quedé ahí pasmada sin poder avanzar un solo paso más, con la mano extendida en la dirección donde se encontraban hace unos segundos, anhelando tan solo tocar la puerta. Para confirmar que no era papá el qué estaba ahí.

En ese momento, Algo dentro de mi cerebro casi estalla y mando señales a todos mis músculos del cuerpo avisando que debían prepararse para correr al hospital. Posicione mis pies como si me estuviera preparando para una carrera, respirando hondo y centrandome en mi objetivo. Ya lista apunto de avanzar, una mano muy familiar se posó en mi hombro.

-¿Qué estas haciendo, querida?- dijo Alastor con mucha duda en su rostro.

No pude evitar quedarme pérdida viendo a su rostro confundido por unos minutos.

-Mi....mi padre...él....- dije apenas con la media cordura qué me sobraba, mientras lo tomaba de las mangas de su sacó, apretando la tela en una súplica de ayuda para que me llevara pronto con mi padre.

-¿No me digas que tu padre estaba dentro cuando ocurrió el incendio?.- complemento él, como si hubiera leído mi mente, a lo cuál yo sólo pude asentir. - No te preocupes, linda, vamos pronto al hospital para ver su estado, todo estará bien.- dijo mientras me tomaba con sus manos y me guíaba fuera de la conmoción de la multitud.

Mientras caminaba lentamente, con mi mirada plantada en el suelo por el shock, sentí como Alastor se detuvo en seco y apretó un poco con sus dedos de donde me sujetaba.

-¿Cómo?.- dijo apenas audible.

-¡¿Pero que diablos?!, Miriam, quedate atrás.- escuché a mi padre gritar a lo lejos.

-¡Santo cielo!.- grito mi madre a la par.

Levante mi mirada para ver a mis padres bajarse del auto sanos y salvos. No pude contener mis lágrimas y solté mi agarre de las manos de Alastor para salir corriendo a abrazar a mi padre.

-_______, ¿Qué ocurrió aqui?.- dijo atónito pero preocupado. -¿Estás bien?.- me dijo mientras me inspeccionaba junto con mi mamá para ver si tenia alguna herida o lesión.

Me separe un poco de ellos y los mire aliviada porque no estuvieran dentro del edificio. Pero me entró la duda de quién podía haber sido el hombre que se llevaron en la ambulancia.

-Me alegra tanto que ambos estén bien.- dijo Alastor acercándose detrás mío.

-¿Cuando volviste?.- pregunto mi padre sin rodeos y con un tono muy serio.

-Justo hace 1 hora,señor, y venía en camino a invitarlos a una cena....- dijo mientras volteaba a ver el fuego siendo extinguido.- Pero cambiare mi invitación a ofrecerles quedarse en mi humilde morada dada sus actuales circunstancias.- dijo con una sonrisa.

-Que muchacho tan adorable, claro que aceptamos tu amable oferta.- dijo mi madre con  alivio y entusiasmo, mientras mi padre solo gruñó por lo bajo al ver que no tenía otra alternativa.

-Te lo agradezco mucho.- me giré para verlo directo a los ojos, mientras le tomaba la mano.- Iré con los policías para hablar sobre el incendio y ver si se podrá rescatar algo, vuelvo enseguida.- dije mientras me acercaba al área acordonada.

Busqué rápidamente al jefe de policía y le mencioné qué yo vivía ahí. Lamentablemente me aclaró una duda olvidada por ver a mis padres a salvo. El señor Matías fue a quien vi subiendo a la ambulancia, me mencionaron qué tenia quemaduras profundas pero que estaba estable y fuera de peligro, iría a visitarlo apenas tuviera la oportunidad. También me hicieron saber que el incendio se provocó por un posible corto circuito en un cable de los electrónicos de la tienda, me dijo que contactarian a mi padre cuando los bomberos terminarán y si es que se podía salvar algo de nuestras pertenencias. Había olvidado por un momento la fama de mi padre con las autoridades pero debía admitir qué era muy útil en ocasiones.

Al volver, todos estaban con un modo medio tenso, pero era de esperarse por todo lo que había pasado. Subimos al auto y Alastor guió a mi padre mientras manejaba hasta su hogar, donde yo ya había estado hasta hace unos días.

-Les doy la bienvenida.- dijo Alastor mientras nos deteniamos frente a la facha de la casa y nos desmontabamos del auto.

-Vaya, pero que pintoresco lugar.- dijo mi madre mientras admiraba la casa.

-Esta bien... pero algo lejos, ¿no crees, muchacho?.- dijo mi padre más escéptico.

-Hahaha, si señor, era la casa de mi madre.- dijo sin más explicación. - Vengan, les mostraré el interior.- dijo invitándolos y abriendo el paso.

Una vez adentro les dio un pequeño recorrido a mis padres por las áreas comunes y mostrándonos las habitaciones. Fingiendo como si fuera la primera vez que entraba, los seguí en el recorrido ya que no podia ni mencionar que en ese lugar era donde yo había dormido hace unos días. Lo que se me hizo espectacular fue qué todo estaba impecablemente limpio, no había ni polvo sobre los muebles en este tiempo que estuvo fuera.

Les ofreció el cuarto principal a mis padres, a mi el de invitados y él se ofreció a dormir en el sofá. Intentamos persuadirlo en que yo durmiera en el sofá pero se negó rotundamente. Una vez que anochecio, todos nos preparamos para dormir, me despedí de Alastor para descansar y me retiré a la habitación al igual que mis padres. Antes de cerrar la puerta completamente, sentí como se sostuvo sin cerrar por completo, me giré para verificar y ahí se encontraba Alastor.

Me miró fijamente a los ojos y levantó su dedo índice hacia su boca, haciéndome la señal de guardar silencio. Abrió la puerta lentamente, y se adentro sin hacer ruido alguno.

-¿Qué estas haciendo?.- dije susurrando lo más bajo qué pude.

No dijo nada mientras cerraba la puerta detrás suyo con sumo cuidado de no hacer ruido. Lo mire de arriba a abajo y se encontraba descalzo, con su camisa sin abotonar pero los tirantes aun puestos en sus pantalón. Caminó hacia mí pero no di ni un paso atrás, ya que yo ansiaba su cercanía tanto como él.

Deslizó una de sus manos por mi cintura y la otra por mi cuello hacia mi nuca. Su rostro y mirada se veían sedientos, al igual que los míos así que ataque primero.
Tomé sus mejillas y lo jale hacia mí, uniendo nuestros labios en ese exquisito beso qué ambos añoramos estos días de separación. Me empujó desde la espalda con su mano hacia él para juntar nuestros torsos aun más y sin dejarme respirar siquiera, me fundió a él, pasee mis manos por su espalda lentamente y él hizo lo mismo. Me aventure a experimentar nuevos horizontes y deslice mis dedos por sus costados hasta llegar a sus muslos.

Pude sentir como el beso se iba deteniendo al paso de mis dedos, lo cuál me desconcertó un poco, pensando que había hecho algo mal me intenté separar un poco pero Alastor me atrapó en un abrazo sin dejarme verlo primero. Pegó su mejilla a la mía y pude sentir su respiración entrecortada en mi oreja.

-Si continuamos, no prometo qué logres quedarte callada.- amenazó susurandome al oído con unos cuantos jadeos.- Haré lo que tú desees.- dijo mientras deslizaba suave y lentamente sus dedos por mi muslo levantando poco a poco el camisón qué llevaba puesto.



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