La Última

4A

Informé a mi colega del pequeño cambio en el objetivo, esta noche debía asegurarme que no tenía una presa frente a mis narices. Colgué el teléfono y esperé a que mi sombra regresará a mí, tardó aproximadamente 20 minutos en volver.

Después de que el taxista me mirará y sonreirá me aseguré de darle la orden a mi sombra de seguirlos, ahora no solo tenía la dirección de la señorita ______ a mi alcance, sino que tenía la ubicación de un posible parásito. Caminé tranquilamente por la calle, con mi sombra guiandome por donde dirigirme. Una vez frente a la fachada de su residencia pude ver como la luz que se vislumbraba por su ventana en el segundo piso se apagaba, seguía sin entender el porque no quería que supiera su dirección pero eso ya no importaba. Mi sombra se reflejó sobre la puerta haciendo ademanes de tocar o abrirla, "pequeño bribón" sentencie con una sonrisa, pero yo negué con la cabeza, le indiqué que me mostrará el camino al taxista.

Una vez llegado al vecindario no tan prometedor, me ubique de frente a la pequeña choza del sospechoso, pero las luces de enfrente estaban apagadas. Mi sombra me hizo un ademán para adentrarme por la parte de atrás y lo hice sin más demora.

Me coloqué con descaro frente a la ventana sin el menor atisbo de esconder mi presencia y ahí estaba él, dándome la espalda, sentado frente a una pared con fotografías de chicas diferentes colgadas en ella, no tenía ni que imaginarme que estaba haciendo al ver sus manos moviéndose en frente de él. "Qué bestia tan inmunda" pensé inmediatamente. En este tipo de casos no estaba 100% seguro que había hecho este humano por lo que no sabía si merecía morir en mis manos, por lo que decidí investigarlo antes de actuar. Mandé a mi sombra dentro de la casa, solo quería que encontrara algo que lo incriminara lo suficiente para que Husk estuviera satisfecho y no me reprochara por actuar sin evidencia. La vi revoloteando por el techo buscando, lo que fuera, pero lo único eran las fotografías de las chicas, si no les había hecho nada a ellas no podría hacer mucho. Antes de marcharme se escuchó el grotesco sonido de ese animal terminando, mis náuseas se presentaron casi de inmediato. Me retiré del lugar, debía investigar más al respecto.

Al día siguiente durante el día mientras yo trabajaba, mande a mi sombra a seguir cada movimiento del taxista, si se manifestaba algún movimiento para hacerlo culpable sería su fin, pero todo su itinerario fue de un taxista normal, llevar personas de un lado a otro, hacer paradas para comer, era todo. Esa noche, decidí mantener a mi sombra cerca de él, tal vez solo era un pervertido que acosaba de noche; y mis sospechas eran ciertas, lo encontré estacionado frente a una pequeña casa con una cámara apuntando a una ventana con luz mientras una chica se probaba vestidos frente a un espejo, "Qué aburrido" pensé resignado.

Paso un día más, y seguía esperando; mi hambre se comenzó a intensificar, me sentía ansioso y no lograba concentrarme. Esa noche estaba apunto de darme por vencido por éste objetivo, pero mi sombra llegó a mí y me revoloteo en el suelo, su sonrisa se ensanchó indicandome que algo había pasado. La seguí hasta una parte solitaria del pantano y con la neblina me era un poco difícil ver por donde caminar pero pude escuchar un pequeño ruido a lo lejos, sonaba como un pequeño animal quejandose. Me dejé guiar por el sonido y mi sorpresa no fue mucha al ver lo que producía ese sonido.

La chica de la noche anterior, tenia los ojos vendados y estaba amordazada, con sus manos y pies atados con una cuerda. Traía puesto un vestido, pero no tenía zapatos ni había ninguna de sus pertenencias alrededor. Me acerqué a ella lentamente, cuando sintió mis manos tocar la cuerda de sus muñecas soltó un grito ahogado por la mordaza.

-Tranquila, linda, vine a ayudar.- me apresure a calmarla en lo que intentaba desatar la cuerda

-¡¿Qué haces, idiota?!.- me detuve de mi labor y me giré, escuche de una voz rasposa a mis espaldas, claramente era nuestro buen conocido taxista con su aspecto andrajoso