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El sueño se repitió una vez más, pero esta vez al llegar a la luz verde que estaba llamándome, lo que fuera que me estaba persiguiendo, me empujó por detrás con mucha fuerza. Mis piernas se tropezaron y podía ver como iba a chocar contra algo. Cubrí mi rostro con mis brazos para aminorar el impacto, pero solo sentí como me movía lentamente y aterrizaba en algo suave que me rodeaba. Moví mis brazos para una mejor visión y me encontré dentro de un abrazo con un extraño hombre de traje, cabello, guantes y ojos rojos. Era espeluznante como me sonreía con sus dientes afilados y amarillos, mientras acariciaba mi cabello con su mano.

-Al fin llegas, querida.- dijo con la voz que tanto conocía y había pasado tiempo memorizando, pero al escucharlo parecía como si lo hiciera desde una radio, con distorsión y estática.

Me aparte de él, y corrí en dirección opuesta. "Esto es una pesadilla, no es él" pensaba mientras huía. Miré hacia atrás sobre mi hombro y el se quedó quieto en su lugar sonriendome mientras me distanciaba de él. Cuando mire hacia enfrente él se encontraba justo en mi camino. Grité sonoramente y eso fue suficiente para despertarme. Me faltaba el aire, ya estaba incorporada, sudando frío y mi cuerpo estaba temblando. Mire a mi alrededor para ubicar donde me encontraba, al verme cubierta con mis sábanas en mi habitación me tranquilice un poco.

-¿Estás bien, linda?.- me pregunto Alastor cruzando mi puerta sosteniendo una bandeja con ambas manos.

Coloco la bandeja en mi buró, se sentó a mi lado en la cama y acomodó un mechón de mi cabello manteniendo en sus labios una sonrisa gentil, yo sin responder extendí mi mano hasta su mejilla asegurandome que fuera él en realidad y no la perturbadora visión de mi sueño. Mi expresión facial debió ser muy transparente gracias al comentario que hizo.

-Te comento, querida, qué por más que tus delicadas manos jugueteen por mis facciones, encontrarás que soy real.- dijo burlándose y apartando mi mano de su nariz con delicadeza. Suspire aliviada.

-Estoy bien, pero ¿qué pasó?.- lo último que recuerdo es que volvíamos del festival, dije posando mi mano en mi frente, para tratar de recordar.

-En efecto, volvíamos cuando decidiste tomar una siesta al pie de la entrada.- aclaro mientras se ponía de pie -El perfecto broche de oro para la noche, madame.- dijo soltando una risa y extendiendo un vaso de agua fría en mi dirección.

Lo bebí rápidamente, estaba sedienta, al terminarlo se lo devolví y en ese instante me percaté que no tenía mi vestido puesto, solo el fondo protector del vestido que era blanco transparentando mi ropa interior. Como un rayo me cubri con la sábana hasta el cuello, me giré a buscar sus ojos y el tenía la vista clavada en la pared en dirección opuesta a mi.

-Espero no malinterpretes la situación, querida.- dijo cruzando los brazos en su espalda y sin mirarme - solo seguí las instrucciones para asegurar que tu integridad fisica estuviera intacta, por lo mismo, me disculpo por el atrevimiento.- dijo cerrando los ojos.

Estaba anonadada por el hecho de no llevar puesto mi vestido y por el hecho que el en ningún momento me mirara con deseo, a decir verdad, desde que entro a la habitación me veía con cierta lástima.

-No estoy enojada, y agradezco mucho la ayuda, ¿podría tener un momento a solas para vestirme con algo más decente?.- pregunte apenada

-No es necesario, querida, yo me retiro por hoy.- dijo acercándose a la puerta dandome la espalda- solo asegurame que te encuentras en buenas condiciones, para marcharme en calma.- pude notar un tono de preocupación en su voz pero ya que encaraba a la salida no pude ver su expresión.

-Si, me encuentro muy bien gracias a ti.- dije sin problemas, tal vez solo necesitaba descansar.

-Excelente, descansa.- menciono en voz baja y cerró la puerta de la habitación detrás de él.

La ÚltimaWhere stories live. Discover now