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Tenerlo cerca de nuevo me debilitaba tanto. Escuchar su voz tan tersa y su aliento acariciando mi oído me derretia. Sabía qué podía hacer lo que quisiese, era mi prometido después de todo, pero el temor a la reprimenda y decepción qué le causaría a mis padres era más de lo que podría soportar.

-A-Al...- no logré ni pronunciar su nombre cuando atacó mi boca con un beso tan fiero, que antes de hablar él sentí como mordió suavemente mi labio inferior.

Abrí los ojos solo para encontrarme los suyos súplicantes de que aceptará su oferta. Ambos jadeando lentamente, con nuestros pecho chocando por la respiración agitada, con nuestros brazos entrelazados en nuestros cuerpos.

- Mis ...mis padres..- dije muy apenas.

- No creo que les importe, querida.- dijo muy convencido. - Además ya deberían estar dormidos después de un día tan...- pauso de golpe, su sonrisa picara se borró y abrió mucho los ojos con sorpresa.

Tomó mis brazos y los retiro de su cuerpo rápidamente, dando un paso hacia atrás, su sombra entro por la rendija de la ventana. Ya había olvidado su silueta lúgubre y sus vibrantes ojos rojos. Le hizo unas señas extrañas a Alastor, el cual sólo me dedicó una mirada furtiva, sé giró dándome la espalda y fue envuelto por su sombra. Como si lo hubiera disuelto un liquido negro, mi prometido había desaparecido unos segundos antes de que se abriera la puerta lentamente. Mantuve la calma y mis dudas alarmantes para cuestionar a Alastor después.

Mi padre, dio dos golpecitos a la puerta despues de casi abrirla sin esperar por autorización.

- ¿______, estas despierta?.- dijo curioso.

-si, papá.- dije arreglándome el camisón y caminando hacia él. - ¿ocurre algo?.- dije con duda.

-Oh no mucho querida, solo iba por un vaso de agua pero no antes sin ver como estabas.- dijo, y aunque sabía que era una excusa lo invite a entrar al cuarto, dejando la puerta abierta.

-gracias, papá. La verdad si fue un día muy cansado e intenso, pero estoy bien, en general.- dije mientras él caminaba e inspeccionaba la habitación, ese era un viejo hábito suyo al llegar a un lugar nuevo.

-Linda, ven, siéntate conmigo.- me dijo mientras se sentaba sobre la cama y me señalaba donde podría sentarme. Accedí y me puse a su lado.

-¿Qué te pasa, papá?.- dije con intriga, el tenía un semblante preocupado.

-Hija, no quiero que me malentiendas, eres mi pequeñita, y como cualquier padre te protégere con todo lo que esté a mi alcance. Pero tu prometido ... tiene algo que me causa intriga, en todo él algo no cuadra. Y creeme cuando te digo que quiero y mi deseo es que seas feliz con alguien que te cuide y provea por ti dandote una vida mejor de la qué nosotros te dimos.- mientras hablaba me daba un sentimiento de culpa por no poder decirle la verdad.- asi qué si tu me aseguras qué él es el indicado para ti, te creeré y dejaré de molestarlo....aunque no te prometo que pueda llamarlo "hijo".- dijo y ambos soltamos unas risitas.

-Tranquilo, papá. No debes preocuparte por nada.- le dije tomando sus manos entre las mías.

Mi padre solo me dio un fuerte abrazo y un beso en la frente, antes de irse a dormir. Yo me despedí , con la puerta abierta , de él y cuando vi que se encerró en el cuarto yo salí en cuclillas hacia la sala.

Caminé lo más rápido posible por el pasillo de puntitas sin tocar nada para evitar el ruido y ahí estaba él, tumbado sobre el sillón con el antebrazo cubriendo sus ojos y su otro brazo sobre su estomago, iluminado por la luz de la luna. Él si qué lograba seducir a la vista incluso sin hacer nada.

- Psst....Al.- susurre esperando que volteara.

No contesto a mi llamado, parecía que ya estaba dormido. Apreté los labios porque quería atacarlo con mis mil preguntas de que había sido eso que hizo para desaparecer de mi habitación pero con mis padres tan cerca no podría empezar con mi interrogatorio,  me di media vuelta para retirarme pero cuando iba a dar un paso mi cara choco contra algo. Abrí los ojos después del impacto y ahí estaba él, sonriendo como siempre, viéndome con sus ojos fascinado de que estuviera ahí.

La ÚltimaOnde histórias criam vida. Descubra agora