1.5A

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Después de hacer estrechar la mano de la anciana, una luz verde con una ráfaga de viento nos rodeó a ambos. Al cabo de unos segundos ella desapareció y me quedé solo en esa habitación, después de toser un poco y mirar a los alrededores, esperando que algo más pasará, pude ver una pequeña nota en la mesa.

"découvrez par vous-même"

¿Qué se supone que debía hacer? ¿Sé había formado el trato? Si era así, ¿qué había tomado ella de mi? No me sentía diferente, revisé mi cuerpo y todo parecía estar en orden. Me retiré de la silla con desilusión, colgué mi bolso en mi hombro y caminé por el local, captó mi atención un enorme libro rojo que se veía viejo en un estante lleno de polvo, lo tomé y pude notar en la portada del libro el dibujo de un venado con acabados dorados.
Mire alrededor y lo guardé en mi bolso, caminé hacia la puerta y la cerré detrás de mi.

"Pero qué desilusión" dije en voz baja, mientras me alejaba de ahí y me dirigía a casa. Después de bajar en la última parada del el tranvía, caminé silenciosamente a mi casa, pensando en todo lo que había pasado hoy buscando una explicación para atar los cabos sueltos en la historia pero no logré mucho, con la luz a mi espalda noté que ya casi se ponía el sol pero noté algo diferente en mi sombra, su silueta ondeaba mientras yo caminaba, "debe ser el cansancio de un día tan singular" pensé.

Llegué a casa, preparé la cena como de costumbre y al probarla no sabía tan bien como las veces anteriores, tal vez utilicé algunos ingredientes caducos; "qué más da" pensé; al terminar me acerqué a mi bolso y tomé el libro de esa tarde mientras caminaba al sillón de la sala y me dejé caer.

Comencé hojeando sin orden alguno pero muchas cosas no tenían sentido, la mayoría del texto estaba en latín y francés. Cerré el libro y me dirigí a la habitación, después de recostarme clave la mirada en el techo pensando, analizando, creando teorías y conclusiones, pero pude notar al fondo de mi habitación que algo se movió, me levanté de un salto y busque con la mirada pero no pude ver nada más que los muebles, por el rabillo del ojo volví a ver una sombra al otro lado del cuarto, pero al girarme completamente note que solo era mi sombra. Reí levemente desganado, me arrope con las sábanas y apague la pequeña lámpara que alumbraba la habitación.

Al día siguiente, me dirigí a la estación de radio muy temprano, pero no antes de detenerme en una pequeña cafetería y comprar un pequeño desayuno, la cena de ayer me había dejado hambriento y no me había hecho del tiempo para abastecerme de más comida. Mientras masticaba los beignets junto con mi café sentía una sensación extraña en la lengua, aunque la comida y bebida eran de sabores prominentes, no lograba degustarlos como antes, sabían más insípidos de lo normal.

El trabajo en la radio siempre era alentador para la gente de esta ciudad aburrida y yo era su presentador favorito, mi voz y mi carisma para la narrativa me habían abierto las puertas a nuevas zonas que no esperaba conocer. Desde personas de clase baja y promedio, hasta la crema y nata sabían quien era yo, porque a nadie le gustaba estar desinformado, la gente gozaba de un buen ambiente con humor que les sacará una sonrisa y todo el mundo amaba la música, "que mejor combinación para las puertas al respeto" afirmé.

Antes de volver a casa, hice una parada rápida en el bar para visitar a mi colega Husk. Ambos éramos socios del bar en donde trabajaba y de vez en cuando me gustaba ir a distraerme y encontrar entretenimiento al hacerlo enojar.

-¡Husk mi amigo! .- dije en voz alta y saludando con una mano apenas entrar al bar. Camine hacia la barra, tome una silla y me senté frente a él.

-Ahora ¿qué quieres aquí?.- dijo casi gruñendo, a lo que yo solo solté una risita entre diente.

-Vine a hablar de negocios.- dije animado, mientras colocaba un vaso de agua frente a mi - Hay que buscar más oportunidades de aumentar tu clientela y mis ganancias, socio .- dije sonriendole -Estoy pensando en algo más que pueda aumentar el vicio de los comensales, así que vine buscando consejo de alguien cuyos vicios sobrepasan mis límites, osea tú.- coloque los codos en la barra y lo apunté con el dedo índice.

La ÚltimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora