*21_

1.9K 224 64
                                    

***** AVISO IMPORTANTE: éste es un capítulo con escritos de nivel +18 , léase bajo su propia responsabilidad, no habrá parte de A, solo de ___, dicho esto ¡disfruten!*****

Acaricie su pecho por encima de su camisa a botones hasta llegar a la orilla de su pantalón. Podía sentir como mi temperatura se elevaba, pero no era la única, su respiración también comenzaba a agitarse por el beso apasionado en el qué nos habíamos sumergido.

Sus manos comenzaron deslizandose por mi espalda, podía sentir como sus dedos apretaban con fuerza el camisón de dormir para lograr sentir la mayor parte de mi piel a su paso. Cuando ambas manos suyas se colocaron sobre mis gluteos, los acariciaron un poco para después ajustar su agarre en todo su alrededor, y extrañamente cabían perfecto dentro de sus palmas.

Yo decidí pasar mis manos a su cabeza, una en su cuello tomándolo preso para que no huyera de nuestra batalla lingual, y la otra acariciando su cabello, me encantaba lo sedoso qué era y se deslizaba por mis dedos.

Me sorprendí mucho cuando Alastor me tomó de ambos muslos, separando mis piernas para pasarlas por los costados de su cintura y me levantó para colocarme sentada sobre la mesa qué teníamos a lado.

-Pensé que nunca preguntarías, querida.- se separó solo unos segundos para decir eso y de un chasquido de dedos toda la habitación se volvió una alcoba rodeada de velas por iluminación. Hasta podía sentir la suavidad de la cama sobre la qué estaba sentada.-El lugar mas cómodo de la casa, para mi dama especial.- susurró mientras sonreía y yo le sonreí de vuelta. Colocó sus rodillas sobre la cama en el espacio qué había entre mis piernas.

Descansó su peso sobre una mano apoyada en la cama quedando casi sobre mi, manteniendo su rostro tan cerca del mío qué no podía evitar apenas rosar sus labios para tentarlo a atacarme de nuevo. Con la otra mano me tomó de la cintura y me acomodó en el centro de la enorme cama en la que ambos nos encontrábamos.

Lo volví a besar tan seductoramente como mis hormonas desearan, les entregué la rienda de toda la pasión acumulada qué tenía en mi. Y al jalar su rostro hacia mi, él se recargo un poco su pecho sobre mi soportando todo su peso en sus antebrazos para no aplastarme por completo.

Ahí fue cuando sentí la presion de su entrepierna contra la mía, un bulto duro y caliente palpitando sobre la tela de nuestras ropas. Instintivamente coloqué mis piernas alrededor de él para aprisionarlo ahí o hasta incluso acercarlo más. Me gustaba esa sensación.

Después de un muy disimulado gemido, liberó un brazo para bajarlo hasta mi pierna y comenzó a acariciar desde la rodilla, recorriendo el muslo ya debajo de mi camisón, hasta llegar a mi cadera con mi ropa interior, y aunque estuviéramos besándonos sin parar ambos estábamos atentos de el movimiento de sus manos.

Yo no quería quedarme atrás, así que comencé desabotonando su camisa botón por botón lo más torpe qué pude, una vez terminado lo empuje un poco hacia atrás junto con la camisa para que se despojara de ella, a lo cuál él entendió inmediatamente mi intención lanzandola al suelo donde no estorbara. Acaricie su torso lleno de las cicatrices qué lejos de verse desagradable se veía mucho más tentador de lo que imaginaba.

Él regreso sus manos a su posición anterior y lentamente tomó presa de su atención mi ropa interior acariciando solo por la orilla, dudoso de tocar la piel qué había debajo. Pasaron unos segundos y comenzó deslizando sus dedos por debajo del elástico, descubriendo más centímetros qué antes, hasta que decidió lentamente comenzar a despojarme de ese pedazo de tela qué le impedía seguir palpando.

Se hirguio un poco para quedar sobre sus rodillas frente a mí y lentamente fue retirando mi ropaje deslizandola entre mis piernas hasta que quedé completamente libre. No me había dado cuenta de lo humeda qué estaba hasta que la tela se separó de mis partes.

La Últimaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن