37. Revelaciones

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Capítulo XXXVII

Revelaciones

Desconozco hacia dónde me estoy dirigiendo, pero por el tono grave de su voz puedo suponer que se trata de algo sumamente valioso. No me interesa qué pueda ser, ni el efecto colateral que pueda ultrajar mi inexperta capacidad cognitiva con tal de permanecer cerca de él. Sé que será la única manera que me permitirá conocerlo realmente.

Entrelaza sus dos manos, perfeccionando sin quererlo su rostro de adonis. Parece que se está preparando para soltarlo todo, mientras yo no tengo la más remota idea de lo que voy a escuchar.

—La energía vital del universo está en todas partes. En el espacio, en todo lo que nos rodea y en nosotros mismos. Todo es ordenado por vibración, Antonella. Absolutamente todo está compuesto por energía. Energía densa, energía fluida; todo depende de la frecuencia con que esta vibra. Al equilibrar tus centros de energía logré que esta fluyera a través de ti en un estado natural, permitiéndole a tu cuerpo un estado emocional de calma.

—Cómo... ¿Cómo sabes todo esto? —no puedo contener la pregunta dentro del saco donde aguardan otras tantas.

—Física clásica, relatividad, teoría cuántica... Me he instruido mucho acerca de ello —alude mirando hacia la pila de libros del enorme estante que roza el techo.

—No sé mucho sobre esos temas —indico mirando perplejamente la gran estantería—. pero dudo que la física clásica hable al detalle de tales cosas —un mohín se forma en su rostro al reprimir una sonrisa—. Yo sentí... —me llevo la mano al pecho instintivamente—. Sentí algo dentro de mí cuando tú... Cuando me tocabas.

—Tú me permitiste canalizar tu desorden emocional. Sino lo hubieras permitido, no habría podido acceder a ti. Los centros de energía son como los transmisores, los puntos de poder de la Draeda por donde pasa la energía y se distribuye a nuestro cuerpo como un campo de fuerza. Tu Draeda es tu cuerpo universal, tu vehículo astral, la energía infinita que te representa y que contiene a tu cuerpo físico. Todos y cada uno de nosotros poseemos ese vehículo, ese cuerpo astral que define lo que verdaderamente somos. Cuando la Draeda se encuentra desequilibrada el campo mental interfiere de forma negativa en nosotros mismos y en todo lo que nos rodea. Cuando eso ocurre permitimos la continuación de la programación oscura. Estamos desequilibrados. No hacemos otra cosa más que perpetuar el Spero.

Arrugo la comisura de los ojos en señal de que estoy en el aire con respecto a la palabra.

—El Spero es el mundo que creamos a través de esa negatividad, a través del desconocimiento de lo que en realidad somos. Son los vacíos en el conocimiento de nosotros mismos lo que crea una falsa realidad en base a un Yo-turbado, y ese Yo-turbado se manifiesta cuando vibramos en baja frecuencia. Cuando esto ocurre desequilibramos los centros de poder por donde fluye la energía, dando paso a un mundo creado en base a lo que sentimos. Déjame que te lo exponga de esta manera: si tenemos miedo veremos un mundo temeroso, si sentimos irá veremos un mundo hostil. No es parte de la realidad, sólo es lo que proyecta nuestra mente. Una completa ilusión.

—¿Creo mi mundo según a cómo me estoy sintiendo? Entonces, ¿fui víctima de un ataque de pánico creado por mí misma debido a lo que yo estaba sintiendo?

—Y esas sensaciones vinieron a ti gracias a una cadena de pensamientos abrumantes. Permitiste que tu campo mental interfiriera de forma negativa en tu estado de consciencia, y por ende bajara tu frecuencia. Por cierto, ¿Qué clase de pensamientos tuviste para que el pánico se manifestara tan apresuradamente? Tritón ya tomó su cena. No tienes nada de qué temer en este lugar.

Observo a Tritón durmiendo, al tiempo que se le escapa un bufido por una abertura de su enorme bruna trompa.

—No se trata de Tritón —musito, sin dirigirle aún la mirada.

SPERO - Piso1 Cuerpo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora