Después del almuerzo, Zhao Xiulan se dirigió al mercado de pulgas.
Hacía mucho tiempo que no iba a un mercadillo y se preguntó si aquel extraño anciano habría recogido algo bueno para ella.
Si encontraba algo de valor, tendría que conseguirlo rápidamente
Es una gran ganga cuando se puede conseguir estos muebles caros y antigüedades a cambio de un poco de comida.
El mercado no está lejos del restaurante estatal, y pronto, Zhao Xiulan llegó allí.
El anciano estaba ocupado con su trabajo y había mucha gente comprando cosas.
Incluso en la capital provincial, hay mucha gente pobre.
Muchos de ellos compran cosas de segunda mano para ahorrar dinero. En comparación con los artículos nuevos, el precio de las cosas viejas era mucho menor y no se necesitaban boletos.
Cuando llegó Zhao Xiulan, le gritó al anciano:
—¡Abuelo!
Cuando el anciano la vio llegar, sus ojos mostraron un toque de alegría.
Durante este tiempo, recibió muchas cosas buenas, pero desafortunadamente Zhao Xiulan no ha estado aquí por mucho tiempo.
—Niña, has venido, te he dejado algo bueno, ¿quieres ir a echar un vistazo? —susurró al momento de acercarse.
—¡Por supuesto! He venido a ver si tiene alguna cosa buena aquí —respondió Zhao Xiulan.
El anciano sonrió y mostró a Zhao Xiulan unos cuantos muebles.
—Este gabinete está hecho de madera rosa, este escritorio y estas sillas están hechos de palisandro rojo. Puedes llevártelos todos.
» Te cobraré tres yuanes por cada mueble y podrás llevártelos después.
»Por cierto, el material de estas ventanas de madera es caoba, aunque no es tan caro como el palisandro y la madera rosa, también es algo bueno.
»Escuché que fue tomado de una casa antigua que tiene cientos de años. Creo que el patrón tallado en la ventana de madera también es muy artístico. Elegí estas piezas completas. Si te gusta, puedes llevártelo; te lo regalo.
Zhao Xiulan miró con detenimiento las pocas cosas que le dio el anciano y todas eran tesoros; este anciano tiene una visión muy particular.
Por ejemplo, la ventana de caoba, cuyas tallas son realmente artísticas, para la gente común puede parecer poco. Pero en el futuro, para quienes estudien el arte del tallado en madera, puede ser invaluable.
Zhao Xiulan no tiene más remedio que admirar al anciano que vive en esta era y tiene una visión tan profunda.
¿Cómo es posible que a Zhao Xiulan no le gusten estos artículos?
El viejo sabía que Zhao Xiulan tenía buen ojo para la madera, así que estaba complacido de darselo a ella. De otro modo, solo estarían arruinados en manos de otra personas.
Es una persona que ama mucho el arte y las antigüedades, si algo tan bueno se rompe o se quema, le dolerá el corazón.
El armario es tan rústico y grandioso que sería perfecto para ponerlo en su casa, y podría poner el escritorio bajo su ventana para estudiar.
Después de pagar el dinero, Zhao Xiulan se dispuso a conseguir que alguien los llevara en un carro.
—Niña, espera un minuto, todavía tengo algo. Pero no está aquí, sino en mi casa. ¡Sígueme! —El anciano volvió a llamar a Zhao Xiulan.
