"Tía..."
Al ver el dinero que le entregó Wang Xiuying, Zhao Xiulan no quiso aceptarlo. Ella conocía las condiciones de la familia Liu; puede que estén mejor que la gente del equipo de producción, pero no son particularmente ricos.
Para la familia Liu, era mucho dinero, pero para Zhao Xiulan no, ya tenía muchos ahorros, así que no necesitaba el dinero de la familia Liu.
Sabiendo lo que Zhao Xiulan quería decir, Wang Xiuying dijo:
—Tómalo, no lo rechaces, o me enojaré.
Zhao Xiulan no tuvo más remedio que aceptar el dinero.
—Está bien, tía Xiuying, tomaré el dinero y te traeré todo lo que necesites más tarde.
—Jaja, bueno, entonces no seré educado contigo.
—Tía, volveré primero. —Sabiendo que Wang Xiuying todavía tenía que trabajar, Zhao Xiulan no quería molestarla más.
Después de que Zhao Xiulan se fue, Wang Xiuying llevó las cosas a la casa y luego le dijo a Xiaocui alegremente:
—Justo ahora, Xiulan envió un jin de longan y una bolsa de azúcar morena. Son muy difíciles de conseguir en el mercado. Xiaocui, luego te haré una infusión de canela para nutrir tu energía y sangre.
—¿Zhao Xiulan envió longan y azúcar morena?—Zhou Xiaocui preguntó sorprendida.
—Sí, sabía que estabas en confinamiento y los envió especialmente para reponer tu salud.
Después de escuchar esto, Zhou Xiaocui se conmovió aún más:
—Mamá, entonces tienes que ayudarme a agradecerle adecuadamente".
—¡Jaja, seguro!— respondió Wang Xiuying con una sonrisa.
Después de que Zhao Xiulan regresó, habló con Jiang Cheng sobre ir a la ciudad mañana, enviar algunos dulces a Zheng Xiaoyan y Qian Hongwei, y hacerles una visita. Después de ir a la ciudad, irían al condado a visitar a sus abuelos.
No podía enviarlos de regreso al equipo de producción de Li Miao por el momento, debe esperar hasta que Lu Qingguo esté libre.
Lu Qingguo y su esposa también le dijeron que no tenía que preocuparse por sus abuelos, podían enviarlos de regreso cuando estuvieran libres y no haría falta su presencia.
En cuanto a Li Shizhu, con Song Caixia cerca, definitivamente le diría que cuidara bien a la pareja de ancianos.
Cuando Jiang Cheng escuchó que iría a la ciudad, dijo:
—Está bien, podemos ir a la ciudad para revelar las fotos que tomamos y guardar algunas para papá. Podrá ver las fotos cuando ya no estés y te extrañe.
Zhao Xiulan pensó que era una buena idea, su familia definitivamente la extrañará cuando se fuera y las fotos servirán de recuerdo.
—De acuerdo, vayamos al laboratorio fotográfico mañana, y veamos cómo son las fotos que tomamos antes.
—¡Bien!
Jiang Cheng sabía que tendría que madrugar al día siguiente, y temía que su nuera estuviera demasiado cansada para levantarse, así que sólo tuvieron una ronda de amor.
A la mañana siguiente, se levantaron temprano y montaron la bicicleta hasta la sede del condado, luego tomaron un autobús hasta la ciudad. Este es el problema de salir de casa, hay que ir y volver en coche.
Recién pasadas las nueve de la mañana llegaron a la ciudad y fueron a un estudio fotográfico para revelar las fotos primero.
En los tiempos que corren, tomar una foto cuesta uno o dos yuanes, y revelarla, entre cuarenta y cincuenta céntimos.
