¿Qué puede hacer si su hija es capaz? Ni siquiera puede envidiarla.
¡Zhao Weiguo sintió que volvería a tener algo de qué presumir en el equipo de producción en el futuro!
Zhao Xiulan miró el paquete, sacó un jin de canela y un paquete de azúcar moreno, planeando dárselo a la familia de Liu Gensheng mañana. Zhou Xiaocui todavía estaba en confinamiento, por lo que sería una buena idea darle algo de buena comida.
El otro se lo entregó directamente a Ma Yumei.
-Tía Mei, toma esta canela y azúcar moreno, y cocinalo para que se lo coma mi padre, ¡tú también deberías tomarlo para nutrir tu cuerpo! Has estado trabajando duro en casa durante un tiempo, ¡necesitas nutrir tu cuerpo! Enviaré otro jin a la familia del tío Liu, la cuñada de Lan Lan todavía está confinada. Esta vez, su familia también ha ayudado mucho. ¡Si tienes cosas buenas, dales algunas!
Ma Yumei miró la canela que le entregó Zhao Xiulan y se sintió un poco avergonzada de aceptarlo.
-Niña Xiulan, esto es algo que te dio el alcalde Shen, ¿cómo podemos comerlo? Puedes quedártelas para ti.
-Está bien, no me gusta comerlos, pueden hacerlo ustedes. Además, no tengo que hacer ningún trabajo duro, así que no necesito consumir tantos tónicos, tú sí.
Ma Yumei no sabía si debía recogerlo o no, miró a Zhao Weiguo a un lado para saber su opinión. Si decía que estaba bien, estaría bien.
Por supuesto, en el fondo de su corazón quería aceptarlo. Después de todo, la canela es algo bueno, nutre la sangre y es muy sabrosa, y a ella le encanta. Sólo que es tan cara que es difícil comerla normalmente.
-La niña Xiulan es filial, solo tómala y cocina una infusión de canela más tarde para reponer tu cuerpo. Solo con un cuerpo sano puedes tener la fuerza para trabajar -aceptó Zhao Weiguo.
Después de recibir el permiso, Ma Yumei los tomó y halagó a Zhao Xiulan unas cuantas veces más:
-Xiulan sigue siendo filial, sabe cómo cuidar de los demás, es genial tener una chica tan buena, que es cien veces mejor que Li Lijuan.
Menos mal que ha estado besando culos más de una vez.
-Está bien, Xiulan, tú y Jiang Cheng deberían volver a la habitación y descansar -después de explicar el asunto, Zhao Weiguo instó apresuradamente a Zhao Xiulan a regresar. Después de todo, los jóvenes todavía tienen "negocios" que hacer esta noche, así que no pueden ser atrasados.
Ma Yumei también respondió con una sonrisa:
-Sí, sí, Jiang Cheng, niña Xiulan, ustedes dos deberían regresar y descansar rápidamente, se está haciendo tarde.
No podían retrasar la noche de bodas de la pareja, como dice el refrán: Un momento de primavera vale más que mil dólares. Especialmente Zhao Weiguo, que espera convertirse pronto en abuelo.
Zhao Xiulan entendió lo que querían decir Zhao Weiguo y Ma Yumei, y sus mejillas se sonrojaron involuntariamente.
La idea de acostarse con Jiangcheng por la noche le hacía palpitar el corazón, y latió aún más cuando imaginó la escena.
-Xiulan, vámonos, regresemos a la habitación y descansemos -Jiang Cheng la llamó con apuro. Zhao Xiulan asintió y lo siguió sonrojada a la cámara nupcial.
Los dos no podían armar un gran alboroto ya que nadie había descansado todavía.
Cuando Jiang Cheng entró en la habitación, no hizo nada sino sacar una pequeña caja de madera y entregársela a Zhao Xiulan.
