—Cuñada, ¿quién dijo que los pasteles de pollo solo los pueden comer los niños? Es delicioso y todos les encanta.
»Todo el mundo puede comerlo, ya sean niños o adultos —dijo Zhao Xiulan.
Y como era ella quien lo decía, Wang Xuemei vio que no podía negarse, así que tomó un trozo y se lo comió.
Siempre fue reacia a comer las cosas buenas que tenía en casa. Básicamente, si había algo bueno, lo guardaba para los niños, y los adultos no lo comían de todos modos.
Sólo en el caso de Zhao Xiulan, las golosinas podían ir a su boca sienda ya una adulta.
Después de conversar un rato, Zhao Xiulan se enteró de que Qiao Hui había seguido su consejo y solicitó un trabajo como trabajador a largo plazo en una familia en la capital provincial.
Como Qiao Hui era una buena cocinera y una trabajadora muy hábil, pronto fue contratada por la familia.
La familia para la que trabajaba no estaba lejos de alli y ella iba allí a las seis de la tarde y volvía a las ocho de la noche.
El trabajo consistía en ayudar a cocinar, hacer las tareas domésticas y similares.
No era particularmente agotador, para muchas mujeres, aunque no vayan a las casas de otras personas para ayudar con estas tareas, todavía tienen que hacerlo en las propias.
Es un gran trabajo para ir y que les paguen por ello.
Esta vez, los empleadores de Qiao Hui estaban muy satisfechos con ella y le ofrecieron un buen sueldo.
Le pagarán 60 yuanes al mes durante un periodo de prueba de tres meses y luego 80 yuanes al mes cuando se convirtiera en trabajadora regular.
Esta cantidad de dinero es superior a los salarios de los trabajadores urbanos ordinarios.
Aparte del salario fijo, había otras ventajas ocultas.
Por ejemplo, como la familia del empleador tenía una buena posición económica, tenían un montón de ropa y zapatos viejos no deseados.
Incluso la ropa y los zapatos que no quieren pueden ser usados por la gente común.
A la gente del campo le encantaría tenerlos.
Qiao Hui llevó a casa un montón de ropa y zapatos dejados por su empleador. De este modo, su familia no tendría que gastar dinero en ropa y zapatos, y ahorraría mucho dinero.
También podría enviárselos a su familia materna para que los usen.
No solo eso, además de la ropa y los zapatos, los empleadores también le proporciona las comidas. Qiao Hui podría empacar el arroz y las sobras que quedaron en la olla para dárselas de comer a su esposo.
Así se ahorraba mucho dinero en comida, de modo que los dos no tenían básicamente nada que gastar. El dinero que ganaba lo podía ahorrar para mantener a los niños y a los ancianos de su familia.
Con salario de Qiao Hui, más el salario de su hombre, serían más de cien yuanes en el futuro.
Cuanto más dinero ahorraba, más posibilidad habia de llevar a sus hijos a estudiar en la ciudad.
En cualquier caso, el ambiente de la ciudad es definitivamente mejor que el del campo.
Aunque Qiao Hui nunca había leído ningún libro, sabía que estudiar era la forma más confiable de salir adelante, de cambiar de campesino a citadino y de vivir una vida mejor.
Por supuesto, todo esto tendrá que esperar hasta que los dos se estabilicen, porque lo más importante ahora es ahorrar más dinero, para que cuando tengan suficiente dinero, puedan hacer arreglos en el futuro.
