Temprano a la mañana siguiente, Zhao Xiulan se levantó físicamente agotada.
¡Los tres días posteriores a la boda son realmente agotadores! ¡Cansada durante el día y cansada por la noche!
Sentía que su aspecto era mucho peor, ¡pero Jiang Cheng no estaba dispuesto a darle un respiro!
Por la mañana, Zhao Xiulan y Jiang Cheng fueron hasta la ciudad del condado en el camión de Liu Lanlan, que era muy conveniente.
Cuando llegó, primero fue a la casa que compró donde sus abuelos estaban viviendo.
La pareja de ancianos estaba muy feliz con la visita. Estaban en sus últimos años de vida y estaban salisfechos de ver a Zhao Xiulan casarse con Jiang Cheng.
Zhao Xiulan les informó que seguirá a Jiang Cheng para vivir en ciudad de Lu. Si Lu Qingguo no tiene vacaciones antes de esa fecha, no podrá enviarlos de vuelta al Equipo de Producción de Li Miao, y entonces tendrá que pedirle que encuentre tiempo para enviarlos de vuelta él solo.
Sabiendo que Zhao Xiulan estaba preocupada por su situación, Su Yunhua rápidamente la consoló:
-Pequeña Xiulan, no tienes que preocuparte por nosotros. Simplemente ve a Ciudad Lu con Jiang Cheng, haz que la boda sea un éxito y vive una buena vida con él en el futuro. ¡Mientras ustedes dos se diviertan, nosotros también!
-Así es, Xiulan, si no tienes tiempo, no tienes que enviarnos de regreso. De hecho, no es necesario que hagas un viaje en persona, ¡es mucho trabajo! Los viejos no tenemos de qué preocuparnos. Además, ahí está el camarada Qingguo para llevarnos de vuelta.
-Está bien, si no puedo despedirlos, solo puedo pedirle al camarada Qingguo que los envíe de regreso. Primero les traje alimentos, deberían poder comer esta comida por un tiempo.
Zhao Xiulan entregó cincuenta jin de arroz, treinta de harina blanca, veinte de fideos secos y mucha carne curada. Más tarde, Su Yunhua y su esposa también podían pedirle a Li Shizhu que cambiara los granos finos por algunos granos gruesos, para que la comida durara más.
-Está bien, está bien, Xiulan, ¡te hemos preocupado! -dijo emocionada Bi Xiufang mientras tomaba su mano. Sin ella, no se atrevería a imaginar el tipo de vida que estarían viviendo. Tal vez, seguirían en el establo sin suficiente comida ni ropa como antes, con la posibilidad de morir en cualquier momento.
-¡Abuela, ni lo menciones! Por cierto, abuela, revelé algunas fotos y las traje a ti y al abuelo como recuerdo. ¡Sácalas cuando nos extrañes a Xiuzhu y a mí! -dijo Zhao Xiulan, mientras les entregaba las fotos.
Los abuelos tomaron las fotos y no podían dejar de mirarlas, sin importar cómo las miraran, no pensaban que fuera suficiente.
-¡Oh, mi nieta es tan hermosa!
-Es tan guapa como su madre cuando era joven.
-¡Sí, como nuestra hija!
Los dos miraron la foto un rato antes de guardarla con cuidado.
Zhao Xulan estaba a punto de salir y preguntarle a Song Caixia sobre las vacaciones de Lu Qingguo. Aunque Lu Qingguo no fuera a tomarse vacaciones por el momento, y si tenía que pedirle a alguien que la ayudara a enviar de vuelta a la familia Su, todavía tenía que saludarla por adelantado.
Tan pronto como salió de la casa, fue detenida por Zhou Meiling.
-Hermana Xiulan, ¿llegó al condado tan pronto? ¿No vas a disfrutar tus días de recién casada? ¿Por qué saliste tan temprano?
-¡Estoy aquí para visitar a mis abuelos y, hacer algunas cosas de paso!
-¡Entonces es eso! -Zhou Meiling no preguntó demasiado-. Xiulan, no te ves muy bien, ¿estás demasiado cansada recientemente?
-¡Sí, estoy un poco cansada! -Zhao Xiulan asintió en respuesta.
Zhou Meiling se tapó la boca, se inclinó hacia el oído de Zhao Xiulan y preguntó en broma:
-Hermana Xulan, ¿cómo estás de cansada? ¿Estás muy cansada de eso por la noche o de trabajar durante el día?
Al ser objeto de burlas por parte de Zhou Meiling, la cara de Zhao Xiulan se puso tan roja como el trasero de un mono.
-Cuñada, tú ... ¿por qué te burlas de mí? - dijo tímidamente Zhao Xiulan.
Zhou Meiling no esperaba que Zha Xiulan fuera tan tímida, y se apresuró a decir:
-¡Cuñada, no preguntes, no preguntes!Pero recuerda descansar y evitar agotarte en la noche. Tu rostro se ve muy demacrado, habrán más días, ¡haz que el hermano Jiangcheng se lo tome con calma!
¡Zhao Xiulan no sabía dónde esconderse!
Che Meng también estaba saliendo en ese momento y vio a Zhao Xiulan.
Se había enterado del matrimonio por Zhou Meiling, y cuando se cruzó con ella, volvió los ojos y le pidió unos dulces.
-Aigoo, camarada Zhao Xiu Lan, he oído que te casaste hace unos días, ¡enhorabuena! Somos del mismo complejo, ¿por qué no nos invitas con antelación? ¡Pude haber ido con un regalo también! Es una pena que no pudiéramos comer tu banquete. ¿Podemos comer algunos de tus dulces de boda? Comparte algunos, ¡así podremos tener algo de la alegría!
Las palabras de Che Meng sonaban bien, ¡pero en realidad quería aprovecharse de la situación!
Los dulces son tan valiosos hoy en día que normalmente sería reacia a comprarlos, sin mencionar gastar dinero y tener que usar boletos de dulces, si puede conseguir algunos de Zhao Xiulan, ¡sería genial!
¿Cómo podría Zhao Xiulan no entender los pequeños pensamientos de Che Meng?
Viviendo en el mismo recinto, también sabe que esta persona siempre busca tomar cualquier ventaja.
Pero si ni siquiera puede dar algunos caramelos a la gente que dice cosas bonitas, le haría parecer demasiado tacaña. Su matrimonio con Jiang Cheng fue un acontecimiento feliz, y ya que la había felicitado, no era demasiado darle unos caramelos.
-Espérame, volveré a la habitación y buscaré un poco -respondió Zhao Xiulan, así que tomó un puñado de dulces de la casa y se llevó dos panqueques de paso.
Estos son pasteles, que mucha gente compra para las bodas. Sin embargo, no le gustaban mucho, por lo que le quedaban algunos en casa, así que los repartió entre los demás.
Cuando Che Meng vio que Zhao Xiulan era tan generosa como para regalarle un puñado de caramelos y dos pasteles, inmediatamente sonrió y continuó felicitándola.
-Camarada Zhao Xiulan, gracias, y les deseo a usted y a su amado un feliz matrimonio, y un pronto nacimiento.
No le gustan las personas como Che Meng, a quien le encanta aprovecharse de los pequeños beneficios, y cuando consigue una ganga, te da una palmadita en la espalda como recompensa, pero cuando no obtiene ningún beneficio, vuelve a criticar. De todos modos, ¡es mejor tener menos contacto con este tipo de personas!
Che Meng regresó feliz a su casa con dulces y panqueques.
Cuando Ma Guifen vio que Che Meng había recibido, se acercó apresuradamente a Zhao Xiulan y le pidió:
-¡Dame también algunos caramelos y pasteles!
Zhao Xiulan miró ligeramente a Ma Guifen, respondió con ligereza:
-¿Por qué debería?
-Se lo diste a Che meng, ¿por qué no a mí? Todos vivimos en el mismo recinto, no puedes ser parcial y dárselo a otro pero no a mí, ¿verdad? -Ma Guifen, por el contrario, pensó que Zhao Xiulan no era razonable y comenzó a discutir.
Zhao Xiulan sólo pensó que esta persona era muy extraña, ¿de dónde sacó el valor y la cara para decirle esto?
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Un regalito por soportar la espera que les hago sufrir
